domingo, 22 de enero de 2012

¿Es México un país menos antisemita que Chile?



México es un país grande, grande en todas las acepciones de la palabra. Es como un buen amor, te sofoca su magnificencia, pero nunca llegas a conocerlo totalmente. Y debido a su grandeza y diversidad todo lo hace de manera diferente a los demás incluso  expresar el antisemitismo que se ha convertido en la nueva moda en la sociedad occidental. ¿Qué hace que los mexicanos  sean menos antisemitas que el resto de América Latina? Voy a presentar hechos y dejar que Uds. Juzguen.

En estos días basta hacer una búsqueda en Google con los términos “Antisemitismo en Chile” y te das cuenta que es innegable: una ola de judeofobia afecta nuestro país. Nazca de la gestión "hinzpeteriana" o del incendio de Torres del Paine, la información sobre ese sentimiento anti judío chileno está en todas partes de Internet desde Twitter hasta YouTube. Ya no es cuestión de decir “ya salió el temita del antisemitismo” cuando en un video de “La Nación” nos muestran carteles dignos del Tercer Reich que prohíben la entrada de turistas israelíes en  hostales de la zona de Puerto Natales.

Por más que hago memoria no recuerdo haber sido testigo de algo parecido. Le pregunto a mis mayores (y con mis 52 años, tienen que ser bastante mayores) tampoco lo recuerdan y me pregunto cómo se llegó a esto. La respuesta más fácil es decir que Piñera nunca debió nombrar a Rodrigo Hinzpeter como  Ministro del Interior. Yo agregaría que los judíos no deberían meterse en política. Solo sirve para darle afrecho al antisemitismo siempre latente. Por algo Francia, que en el Siglo XX, tuvo dos Premieres judíos, sigue siendo un país antisemita.


Pero… ¡Epa! En México el Ministro (allá  se les llama Secretario) de Salud se llama Salomón Chertorivsky y eso no ha desencadenado un auge de sentimiento anti judío. Es cierto que cuando Marcelo Ebrard Casaubon, alcalde del Distrito Federal se postuló como candidato del PRD para presidente, lo llamaron (entre muchas otras cosas peores) “judío extrangero (si con “G” para indicar la cultura del agresor). Sin embargo, tengo amigas socialistas y católicas que se quejan “y ahora sin Marcelo, ¿por quién voy a votar?”. Eso demuestra que muchos prefieren al ex marido de Mariagna Prats antes que el extremismo agresivo de López Obrador.
Salomón Chertorivsky Woldenberg, Secretario de Salud de México

En México, la minoría judía es mucho más grande que la de Chile, por ende sus miembros han destacado en todos los ámbitos sociales y laborales. Los judíos mexicanos muy rara vez ocultan su origen o religión. Se esperaría que entonces al estar tan expuestos fuese más fácil atacarles. Pero, aparte de casos de discriminación dispersos, no hay  ejemplos graves de antisemitismo desde los años 30’s. Lo más cercano a un caso puntual de emergencia de sentimiento judeofobo se ha dado ahora con  el asunto  de Miguel Sacal, el equivalente a nuestra Inés Pérez. Examinar este caso ilustra las dinámicas antisemitas mexicanas y  en que se diferencian al reciente discurso anti-judío chileno.

 Miguel Sacal Smeke es un conocido empresario textil mexicano. Vive en las Torres Altus, uno de los edificios más altos y más exclusivos de México localizado en Bosques de las Lomas. Pues en julio pasado, este señor  tuvo un altercado con un empleado del estacionamiento del edificio, de nombre Hugo Enrique Vega.  La razón es que el empleado no le llevó un gato hidráulico debido a que no podía abandonar su puesto de trabajo. La respuesta fue aparatosa. Después de agredirlo verbalmente de la forma mas soez, Sacal le  cae encima al pobre Hugo le da una serie de golpes, le vuela un par de dientes y lo llama “indio” a él y a otros empleados del lugar. Toda esta preciosa escena quedó grabada en las cámaras de seguridad.  Como le digo a una amiga mexicana “pero si este es el Güicho Domínguez, el mejor ejemplo de la prepotencia del nuevo rico”.


Bien, Hugo Vega  busca el amparo de la ley. Se consigue un abogado y se entabla una demanda. Se descubre que Sacal tiene un historial de violencia y problemas con “anger management”. (Vean el video que lo dice todo).  Lo importante es que su animalada sale a la luz y pronto las redes sociales se apoderan de la noticia, mas que los medios oficiales. Sacal se ve obligado a pedir una disculpa pública, a pagarle una indemnización a la victima y a prometer someterse a terapia.

Lo que quien ahora la vox populis apoda sarcásticamente el “Gentleman de Las Lomas” se olvida de hacer es pedir una disculpa a su comunidad, porque su graciecita ha hecho aflorar el antisemitismo en México, al menos en el mundo virtual. Lo que Sacal hizo estuvo mas que pésimo, pero puede hacerlo cualquier ricachón prepotente, cristiano, ateo o budista, en nuestros países donde la diferencia entre " los que tienen” y "los que no" está tan marcada.Sin embargo, tanto en Twitter como en Facebook el comportamiento de Sacal va atado inexorablemente a su condición de judío. Tal como el incendio de Torres del Paine  provocado por un turista israelí, que quemaba el papel con el que se acababa de limpiar el popi, es vinculado a una conspiración judeo-sionista.

En YouTube videos como “Hitler ordena acabar con Miguel Sacal” o “Extranjero judío golpea a mexicano” o “agresiones del negociante judío” demuestran como se utiliza el acto para explotar el sentimiento anti judío, pero yo encuentro una diferencia tremenda entre el comportamiento de la audiencia de nuestro país y la mexicana. Es cierto que los comentarios son virulentos y vulgares y que expresan un antisemitismo muy burdo, con muchas alusiones pro-Nazis, pero vienen de un público que ya conocemos: el anónimo, el ignorante, el que no representa a nadie.  No hay dirigentes estudiantiles ni catedráticos vinculando el comportamiento sicópata de Sacal con su judaísmo. No hay diputados exigiendo que se prohíba a los judíos vivir en Polanco o usar sus estacionamientos.


Más importante, por cada cinco comentarios judeofobos en las redes sociales se levantan voces  de “cristianos viejos” que los amonesten, les exigen que moderen el discurso, que basta de incitar a la violencia. Y salen con nombre y apellidos (desde los Pérez y Rodríguez, hasta vetustos apellidos vascos) a decir que Sacal no representa la comunidad, que ésta ha contribuido a México con gente valiosa, que son tan mexicanos como cualquiera. ¿Por qué no veo eso en Chile?

Donde mayormente han destacado los judíos en México es en las artes, la música, el cine y el periodismo. Aquí en Chile también tenemos artistas y actores judíos, pero la gente muchas veces ni sabe que lo son y si lo sabe es para echárselo en cara. En México  el ser judío no hace a un artista perder el cariño del público. Pongo como ejemplo a Mark Tacher.
Mark Tacher Feingold


Mark Tacher Feingold es un actor y conductor mexicano que ha adquirido bastante fama gracias a las telenovelas, en especial la excelente “La Hija del Mariachi”. La fama de Tacher le ha acarreado un club de fans cibernético conocido como “La Manada”. Compuesto por mujeres de todo el mundo hispanoparlante, La Manada es una fuerza que merece respeto. Cuando se lo propone hace subir a Mark en las encuestas, muy posiblemente consiga que gane como Mejor Co-Estelar en los próximos Premios TVyNovelas mexicanos y fueron sus miembros quienes, con sus protestas, convencieron a Televisa de abandonar el proyecto de hacer una versión mexicana de La Hija del Mariachi.
Carolina Ramirez y Mark Tacher en La Hija del  Mariachi

Pero volviendo a los propósitos de este blog, Mark Tacher nunca ha ocultado su judaísmo, habla hebreo perfectamente y se ha manifestado públicamente a favor de Israel. Eso no ha afectado la adoración de su Manada. Es cierto que Tacher es simpático, carismático, buen actor y está como lo recetó el doctor, ¿pero cuántos artistas judíos provocan ese cariño y esa tolerancia?


Natalie Portman, que es la actriz judía más taquillera del momento ha sido blanco de los comentarios antisemitas y criticas por su apoyo a su patria Israel  incluso en foros y sitios web algunos dedicados a ella.  Por eso el caso de Mark Tacher es tan singular.  No me puedo imaginar a otra estrella latina de origen judío que tenga ese “feeling” con sus fans que abrazan hasta esa idiosincrasia cultural de su ídolo.

La Manada saludó a Tacher en Hanuka y le deseo un Feliz Año en septiembre, pero él también  hizo algo muy bonito. Deseó a toda su Manada un Feliz Año, porque como judío docto sabe que en Rosh Hashannah D-s juzga a todo ser viviente, desde Obama hasta mi gato Damián.  Además también les deseó una feliz fiesta a su Manada en diciembre.
Tarjeta de Navidad de La Manada


Siguiendo con la tolerancia mexicana hacia el judaísmo, otro miembro de la farándula que vía Twitter deseó un Feliz Año en septiembre a sus amigos judíos fue la actriz Silvia Navarro. Me encantó el gesto de “La Chivis” Navarro.Creo que esa es la actitud  que permite una convivencia armónica . El respetar y admitir las costumbres ajenas y compartir las propias ha sido siempre la base del dialogo antirreligioso e intercultural entre judíos y otros grupos.
Silvia Navarro


Pero no solo la farándula  mexicana hace gala de su apertura de mente. Yo llevo once años trabajando para una compañía cuyas oficinas están en México y en Miami. Parafraseando a un personaje de la “GoodFellas” de Scorsese, Miami es “Jew Heaven” (Paraíso judío). Sin embargo, en esos once años, nadie en mi compañía me ha deseado un Feliz Año en septiembre.

Este año sin embargo, mis colegas de la oficina de México si lo hicieron. Les pregunté que cómo se habían enterado. Mi amiga R. me respondió “La fotógrafa que trabaja con nosotros es sefardí, va al templo y nos enseña cosas del judaísmo”. De esas palabras emergen tres verdades. La fotógrafa se siente tan cómoda en su entorno laboral que puede revelar su judaísmo, sus compañeras demuestran una sana curiosidad por conocer otra cultura y ella está  dispuesta a ilustrarlas. Eso es todo lo que se necesita para vencer la ignorancia y crear un mundo de armonía multicultural. Pero reitero ¿Por qué eso es posible en México y en otras partes no?

2 comentarios:

Jaguar dijo...

Soy mexicano, y te puedo decir un tanto del porque somos asi. Pues bien, somos una cultura un tanto envidiosa y criticona con nosotros mismos, si todos somos mexicanos no nos queremos tan facilmente y nos desprestigiamos, eso dependiendo de la zona en que vivamos o la religion que tengamos. Ejemplo: Norte del pais, bajio, centro y sur.

Asi una persona del Norte no quiere a una del centro, ya sea de Chihuahua (norte) a una de Pachuca (centro), y para los del norte las del centro y bajio son chilangos sin importar donde vivan, ya los del sur son marginados totalemnte, eso hasta conocer a la persona, una vez que la conocen bien y logran ser dignos, seran grandes amigos los del norte. Y los del centro, bajio y sur, son igual, siempre critiocan a los del norte, ya sea por su voz, por sus modales, algo frios, o porque son mas apartados y reservados.

Ese es México, ahora te dire que todos los habitantes de esas zonas, TODOS!! somos muy querendones con la gente originaria de otros lugares que no sea México obviamente, entonces tu siendo de Chile seras querida de inicio por las personas, o les pareceras interesante, de cualquier pais, ys e les quiere, eso ya viene de nuestros ancestros que se dejaron dominar por los españoles, y de igual manera tambien ellos se peleaban entre si, pero solo eso los unio. Y es verdad somos asi. Saludos desde México.

Violante Cabral dijo...

¡Jaguar, más que bienvenido! Si que se extraña lo querendones que son los mexicanos. Aunque no me puedo quejar, porque las niñas de la oficina de México me “chiquean” bastante. Yo creo que todos los países latinoamericanos tenemos nuestros traumas, nuestras inseguridades y nuestra variedad de “malinchismo”, pero cada país tiene una manera de encarar al “otro”, al extraño. Chile es un país súper hospitalario, especialmente en las zonas rurales, pero el problema es cuando el extranjero se instala y pasa ser una pieza de la sociedad ¿se le acepta como tal o siempre se le ve como a un elemento extraño? Y ahí entra lo peligroso que es cuando se le ve como un elemento nocivo.
Un abrazo hasta México