domingo, 29 de enero de 2012

Distorsiones del Talmúd, anti-judaísmo y la ”venganza” de Esther: Otras variantes del antisemitismo


No era mi intención, al reabrir el blog, dedicarlo a la  judeofobia y temas aledaños a éstas. ¿Pero puedo evitar hacerlo si a cada rato siento el antisemitismo pisándome los talones? Casi en vísperas del Día Internacional del Holocausto, un nuevo ejemplo de antisemitismo en Chile, el ataque a un joven judío en Ricote. Todo esto, me hace reflexionar en esta guerra no declarada una de cuyas variantes es el anti-judaísmo.

No hay aspecto más inculto ni más siniestramente grotesco que esta variante con la que me tropecé hace unos días. Aunque he oído a David Duke, ex Gran Mago  del Klu Klux Klan y reconocido supremacista, acusar a los judíos de genocidas por la celebración de la fiesta de Purim, no esperaba encontrar en páginas en español a promulgadores de esas ideas “dukianas”.
David Duke en su "uniforme" de Gran Mago del Klan

Desde el Medievo, que la religión judía ha estado bajo fuego. Más precisamente, desde el momento en que ocurre el cisma sinagoga-iglesia y el cristianismo decide seguir otros caminos y repudiar al menos un ochenta por ciento de sus raíces judías. Un  común denominador entre las guerras medievales en contra del Talmud  y las contemporáneas es la escasa erudición de los agresores.

Es por eso que los debates entre judíos y cristianos en tiempos pre-Ilustración eran verdaderos realities porque además eran públicos. Hoy en día ese debate, que se vuelve monologo, tiene lugar en el mundo virtual. Los anti-judaísmo modernos suelen utilizar como bases textos oscuros o  inexistentes. Peor aun, se apoyan en el alegato de judíos parias, de los peores elementos de juderías mundiales que por un par de monedas dicen lo que se espera de ellos.

Desde hace algunos años que me ando tropezando con paginas nazis que utilizan como argumento, para sus alertas al Peligro Judío,  los horrores que oculta el Talmud: “un libro sagrado de los judíos que los enseña a odiar a los cristianos y a hacerles daño, tralala”. Dejemos la ficción a un lado y pasemos a la realidad. Con toda la veneración que me merece el Talmud, la piedra angular de la fe judía es la Torah, ella es única e inalterable. Y la Torah es el primer tomo de la Biblia. Ese Antiguo Testamento que la mayoría de mis lectores habrán visto en sus clases de Catecismo.

El Talmud es un compendio de exegesis, tradiciones, costumbres, códigos legales y hasta cuentos de hadas, compilados desde los días de Jesucristo y que además recopila tradiciones orales pre-cristianas. Es un sumario de discusiones rabínicas (en cristiano, intercambios entre profesores, y entre profesores y alumnos) de mas de tres mil años de edad.

El Talmud es sagrado porque abarca nuestra cultura, nuestra historia y es un espejo de la piedad judía de tres milenios. Sin embargo, al estar escrito por hombres, por buenos y piadosos que fueran, es también ejemplo de idiosincrasias personales y contextos históricos. Por esa razón en cada siglo, hay sabios que revisan el Talmud  y acomodan las reglas en concordancia con los tiempos. Debido a que el legado talmúdico es sagrado precisamente por su antigüedad, historicidad y por su testimonio de fe, no se borra nada, aun lo que ya no es aplicable en tiempos modernos.

Como el Talmud está escrito en hebreo antiguo, arameo e incluso un alfabeto especial  creado por Rashi, no es accesible a todo el mundo. Pero debido a los muchos ataques, distorsiones y calumnias que han caído sobre él, hay ahora sitios en ingles en Internet que ofrecen traducciones.  El Talmud ha sido traducido a muchos idiomas.  Aun así, todavía uno encuentra paginas web analfabestias que eructan perlas tipo: “En el Tratado Lolin de Baba Yaga se dice que es obligación de los judíos tirarles mocos a la sopa de los cristianos”.  El que se moleste en buscar descubrirá que no existe tal ley, ni tal tratado, y que Baba Yaga es una bruja de cuento de hadas ruso.

Sin duda que hay veces en que sí se encuentra en ese vasto mar talmúdico  algún párrafo antediluviano  que suena anti-cristiano o separatista, pero ya expliqué que  gran parte del contenido es un reflejo de su momento histórico y de la mentalidad de su gente. Las páginas de los numerosos tratados del Talmud están divididas en muchos fragmentos. Uno es el texto original y los otros son los comentarios, revisiones y explicaciones   de revisores posteriores.

Pues aun así, negacionistas, supremacistas y tontos que los siguen, continúan con este habito de distorsionar  textos religiosos o tergiversarlos, citándolos fuera de contexto. Hace unos días me encontré con una curiosa discusión en un blog que no mencionaré. En ella un individuo se quejaba del Antiguo Testamento. Tras calificarse de católico (que extraño,  porque la calumnia y el antisemitismo son pecados mortales en la doctrina católica) se lanzaba en picada contra los judíos, deploraba que el cristianismo no hubiese repudiado la primera parte de las Biblia y terminaba por atacar,  en el mas puro espíritu de David Duke,  la festividad judía de Purim, a la que tildaba de celebrar matanzas. Cito “Cualquiera que conozca el judaísmo talmúdico sabe que eso es lo que hay. Siguen celebrando la venganza del Purim y lo que les hizo un tal Amalek hace miles de años.”

Haman Tashem  (Orejas de Haman), dulce típico de Purim. Segun Duke, los judíos somos "canibales" porque comemos las orejas de nuestro enemigo.
Mas allá de que Purim sea mi festividad judía favorita (y eso que no es como dice Duke una de las fiestas más importantes del judaísmo), o de que sea una de los pocos días sagrados en el judaísmo realmente alegre y exento de prohibiciones, me resulta muy curiosa esta definición.   La fiesta de Purim celebra una serie de milagros que impidieron el genocidio de la comunidad judía persa durante el reinado de Jerjes  (Asuero) unos cuatrocientos años antes de la Era Cristiana. No hay tal venganza.  Ustedes mismos lo pueden constatar. Revisen cualquier Biblia y lean el texto del Libro de Ester, la base de Purim. (les pongo un enlace a una versión cristiana para ser neutrales)

Por odio al judío Mardoqueo, Haman, primer ministro del Rey Asuero, consigue un edicto real que permite la exterminación de la comunidad judía en Persia. Curioso, el odio contra un judío hace que un Primer Ministro cargue contra toda una etnia. Un poco, como ocurre en Chile que el odio contra un primer ministro judío desencadena una ola de antisemitismo.
Ester se presenta ante Asuero


Gracias a la valerosa intervención de la reina Ester que expone su vida por la de su pueblo, y a la piedad de la comunidad judía que junto a ella reza y ayuna por tres días para solicitar la intercesión divina, ésta se manifiesta  en una serie de milagrosas sincronicidades junguianas. Haman es expuesto, derrotado y ajusticiado.

Facciones antisemitas,  amparadas por el edicto real, se disponen a masacrar a la población judía en el día convenido.  Debido a que las leyes persas prohibían la nulidad de un decreto real, Asuero crea un segundo decreto para que los judíos se armen y se defiendan. Entonces ocurre un amago de guerra civil en el que  salen vencedores los judíos. Lo que se celebra en Purim no es ni la muerte de Haman ni la de sus hijos, es la valentía e ingenio de Esther, la frustración de un plan genocida, y por sobre todo, la confirmación de que ayuno y oración sincera pueden evitar tragedias.


¿Y cómo celebramos esta fiesta? Pues con un carnaval, con disfraces, con mucha comida y bebida, con mucha alegría y con intercambio de regalos. Pero antes de todo eso, se ayuna para recordar el sacrificio de Ester (no su venganza), se va a la sinagoga a escuchar la lectura del Meguilat Esther (el Libro de Ester) y se debe contribuir, mínimo a dos causas de beneficencia. En una ocasión, mi hermano y un amigo combinaron ambas obligaciones, la de los regalos y la caridad, y repartieron pollos asados entre los mendigos que entonces habitaban el metro neoyorquino.
Madonna disfrazada de colegiala camino a una Fiesta de Purim

No puedo terminar sin aludir a la argumentación pueril que sacan a relucir  quienes vuelcan su judeofobia en nuestra religión. En este caso comparar la conmemoración  del milagro de Purim con  la celebración de una masacre es un concepto tan extraviado como el   decir que en el 21 de Mayo se aplaude la muerte de peruanos. Aun mas allá, el par que debatía en el blog de marras, terminó exigiendo que tal como la Iglesia Católica había hecho un “mea culpa” de desmanes pasados, los judíos debían dejar de celebrar Purim y hacer lo mismo. Yo sinceramente no sé como hay gente que no tiene vergüenza ajena.

A los Anti-Purim solo tengo tres cosas que decirles:
La primera es que ya he dado suficientes pruebas de que  solo un pobre descerebrado como David Duke y los borregos que le compran la pomada pueden creer que Purim es una fiesta de odio.

Segunda, que si fuera por exigir el fin de festividades que giran en torno a hechos de sangre vayan donde Sarkozy para que elimine el 14 de julio. Que el pueblo francés después pida perdón públicamente a los Borbones y descendientes de todos los guillotinados durante El Terror. A ver qué les dice Sarko.

Tercera, que como los que quisieron acabar con los judíos y fueron ellos los acabados, eran persas, ¿a quién deberíamos dirigir nuestro mea culpa? ¿A Ahmadinejead? Mis lectores sensatos, ¿se dan cuenta del colmo de este absurdo?

jueves, 26 de enero de 2012

Banalización del Holocausto y Anti -sionismo: Los primeros pasos del Antisemitismo


Finalmente, en Chile se pasó la Ley Anti Discriminación tan necesaria, pero a la que tanto se opusieron. ¡Gracias, Christian Larroulet! Dicen los diretes que si se pasó esta ley fue porque el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, estaba harto de ser blanco de ofensas respecto a su religión.  En Chile, a raíz de un incendio forestal provocado accidentalmente por un turista israelí se desató toda una teoría de conspiraciones sionistas, y en la Argentina han causado polémica unas caricaturas en las que se burlan del Holocausto. ¿Son esas muestras de antisemitismo o exageramos los judíos al verlas como tal?

Comencemos por el caso de Página 12 que tanto ha dado que hablar. Una fuerte polémica se ha desatado en redes sociales y medios a raíz de una caricatura de Gustavo Salas en el diario mencionado. En esa caricatura titulada “Las aventuras de David Gueto”, Salas reconocido por su “humor progre”, mostraba un grupo de judíos en un campo de concentración. Puse la tira cómica encabezando esta nota para que ustedes la juzguen.

Como todo artista “progre” Salas busca irritar mas que hacer reír. Efectivamente, estas caricaturas han provocado una tremenda controversia. Hay gente que sin ser judía las repudia y las tilda de antisemitas. En cambio, hay judíos que dicen, que aunque crueles y vulgares, esos dibujitos no son anti judíos. Yo me tengo que alinear junto al segundo grupo.

El chiste de Gustavo Salas no tiene pizca de gracia, es un insulto gratuito y provocador. Es una manifestación de mal gusto e insensibilidad con la tragedia ajena, pero si nos ponemos a pensar todo el humor progre es así: iconoclasta, irrespetuoso, despiadado.

¿Si tanto crítico la tira  por qué no la tacho de antisemita?  Pues por dos razones. La primera es que de alguna manera, el dibujante reconoce que sí hubo un Holocausto. Burlarse de esa tragedia, puede banalizarla, pero no negarla. Y para mí la mayor muestra de judeofobia de este siglo, incluso más que el ataque frontal a la existencia de Israel, es negar el Holocausto. La segunda razón es porque aunque los judíos de este  chiste fome se ven como unos pobres diablos, Salas no les adjudica características negativas y hace hincapié en su condición de victimas.

Como ya sabrán, una de mis licenciaturas es en Bibliotecología. Dentro de ella tengo una especialidad en Servicios a Minorías. Lo primero que se me inculcó fue que debía vigilar que no entrase en mi biblioteca ningún material que reafirmase o perpetuase estereotipos negativos respecto a ningún grupo minoritario, nacionalidad o etnia. Pero otra cosa que se me enseñó es que todo buen bibliotecario debe ser  flexible en el momento de juzgar el material discutible.

Hay muchas maneras de banalizar el Holocausto  pero ahí de nuevo entra en juego la óptica de quien la juzga. Tal como he oído a judíos tildar “Múnich” de Steven Spielberg de anti sionista, me he encontrado con quien considera que  “Bastardos sin Gloria” de Tarantino banaliza el Holocausto y muestra a los judíos como entes negativos. Como me gustan ambas películas discrepo (y tengo argumentos sólidos para apoyar mi tesis) con esas aseveraciones.

Sin embargo, el chiste de Gustavo Salas, por su misma ramplonería es una clara muestra de cómo se puede trivializar toda una hecatombe. Además, la banalización del Holocausto, de la que es culpable Salas, es un fertilizante que ya prepara el terreno para el antisemitismo, una puerta abierta para otras muestras mayores de judeofobia.

No voy a discutir si Rodrigo Hinzpeter es un buen o mal ministro. Basta decir que concibo que como personaje público esté expuesto a ser blanco de muchas  pullas. Que la Ultraderecha envuelva esas pullas en  toallitas antisemitas es inevitable. Pero cuando Derecha e Izquierda unen fuerzas e integran la figura de Hinzpeter a un discurso antisemita se cae en un desmán mayor. Decir que todos los judíos son como el Ministro del Interior es una generalización racista. ¿Por qué no dicen que todos los judíos son generosos como Leonardo Farkas? Porque no les conviene.

Cuando El “Roto” Gajardo dijo que Hinzpeter en sus métodos represivos se parecía a los israelíes, opresores del pueblo palestino, estaba siendo más antisemita que anti-sionista. Cuando dijo que Hinzpeter aprendió esos métodos en los colegios israelíes, fue racista y calumniador. En los colegios israelíes  no se enseñan ese tipo de asignaturas, pero si se enseñan mas cosas útiles que las que ha enseñado Gajardo en su vaga carrera de docente.

Si a un a persona fácil de influir y medianamente educada le dicen que a los niñitos israelíes los entrenan a tirarle bombas lacrimógenas a gente de bien y a incendiar parques nacionales, esa persona lo asimila y se convierte en anti-israelí que es lo mismo que ser anti-judío.  Ese cuento de que hay un diferencia entre ambos términos ya no se lo cree nadie. Todavía no he encontrado a quien me explique cuál es la diferencia entre ambos.

En estos últimos quince años he visto muchos malos ministros en Chile y muchos pésimos gobernantes, varios de ellos tienen apellidos extranjeros. Nunca he visto que se asocie su mal comportamiento con su origen. Cuando la Izquierda se enojaba con la Coca Van Rysselberghe sacaba a colación que era católica (eso en un país que nominalmente es católico) pero no decían “los belgas son todos así” o “es así porque es de origen flamenco”. Yo tengo poca simpatía por la “Mami” Bachelet y casi ninguna por Andrés Allamand. ¿Voy a decir que todos los descendientes de franceses son así? Ridículo. Mi abuela paterna era francesa.

Esa asociación culposa, ese odio visceral, ese nivel de calumnia, y esa creencia de que los judíos  planean conspiraciones para apoderarse del país pueden parecer risibles, pero que contribuyen a un sentimiento de antisemitismo es innegable. Me ha gustado mucho el blog queJoaquín Garcia-Huidobro escribiera al respecto en El Mercurio, pero disputo  su conclusión que cito. “Tampoco hay que exagerar en sentido inverso y considerar que el solo hecho de ponerse nervioso por la cantidad de jóvenes israelíes que visitan Chile, transforma a una persona en antisemita. El antisemitismo es algo muy serio, gravísimo, y no debe ser confundido con cualquier comentario absurdo o especulación infundada”.

García-Huidobro dice la verdad. El antisemitismo es más grave que especulaciones absurdas, pero éstas son un peldaño al primero.

domingo, 22 de enero de 2012

¿Es México un país menos antisemita que Chile?



México es un país grande, grande en todas las acepciones de la palabra. Es como un buen amor, te sofoca su magnificencia, pero nunca llegas a conocerlo totalmente. Y debido a su grandeza y diversidad todo lo hace de manera diferente a los demás incluso  expresar el antisemitismo que se ha convertido en la nueva moda en la sociedad occidental. ¿Qué hace que los mexicanos  sean menos antisemitas que el resto de América Latina? Voy a presentar hechos y dejar que Uds. Juzguen.

En estos días basta hacer una búsqueda en Google con los términos “Antisemitismo en Chile” y te das cuenta que es innegable: una ola de judeofobia afecta nuestro país. Nazca de la gestión "hinzpeteriana" o del incendio de Torres del Paine, la información sobre ese sentimiento anti judío chileno está en todas partes de Internet desde Twitter hasta YouTube. Ya no es cuestión de decir “ya salió el temita del antisemitismo” cuando en un video de “La Nación” nos muestran carteles dignos del Tercer Reich que prohíben la entrada de turistas israelíes en  hostales de la zona de Puerto Natales.

Por más que hago memoria no recuerdo haber sido testigo de algo parecido. Le pregunto a mis mayores (y con mis 52 años, tienen que ser bastante mayores) tampoco lo recuerdan y me pregunto cómo se llegó a esto. La respuesta más fácil es decir que Piñera nunca debió nombrar a Rodrigo Hinzpeter como  Ministro del Interior. Yo agregaría que los judíos no deberían meterse en política. Solo sirve para darle afrecho al antisemitismo siempre latente. Por algo Francia, que en el Siglo XX, tuvo dos Premieres judíos, sigue siendo un país antisemita.


Pero… ¡Epa! En México el Ministro (allá  se les llama Secretario) de Salud se llama Salomón Chertorivsky y eso no ha desencadenado un auge de sentimiento anti judío. Es cierto que cuando Marcelo Ebrard Casaubon, alcalde del Distrito Federal se postuló como candidato del PRD para presidente, lo llamaron (entre muchas otras cosas peores) “judío extrangero (si con “G” para indicar la cultura del agresor). Sin embargo, tengo amigas socialistas y católicas que se quejan “y ahora sin Marcelo, ¿por quién voy a votar?”. Eso demuestra que muchos prefieren al ex marido de Mariagna Prats antes que el extremismo agresivo de López Obrador.
Salomón Chertorivsky Woldenberg, Secretario de Salud de México

En México, la minoría judía es mucho más grande que la de Chile, por ende sus miembros han destacado en todos los ámbitos sociales y laborales. Los judíos mexicanos muy rara vez ocultan su origen o religión. Se esperaría que entonces al estar tan expuestos fuese más fácil atacarles. Pero, aparte de casos de discriminación dispersos, no hay  ejemplos graves de antisemitismo desde los años 30’s. Lo más cercano a un caso puntual de emergencia de sentimiento judeofobo se ha dado ahora con  el asunto  de Miguel Sacal, el equivalente a nuestra Inés Pérez. Examinar este caso ilustra las dinámicas antisemitas mexicanas y  en que se diferencian al reciente discurso anti-judío chileno.

 Miguel Sacal Smeke es un conocido empresario textil mexicano. Vive en las Torres Altus, uno de los edificios más altos y más exclusivos de México localizado en Bosques de las Lomas. Pues en julio pasado, este señor  tuvo un altercado con un empleado del estacionamiento del edificio, de nombre Hugo Enrique Vega.  La razón es que el empleado no le llevó un gato hidráulico debido a que no podía abandonar su puesto de trabajo. La respuesta fue aparatosa. Después de agredirlo verbalmente de la forma mas soez, Sacal le  cae encima al pobre Hugo le da una serie de golpes, le vuela un par de dientes y lo llama “indio” a él y a otros empleados del lugar. Toda esta preciosa escena quedó grabada en las cámaras de seguridad.  Como le digo a una amiga mexicana “pero si este es el Güicho Domínguez, el mejor ejemplo de la prepotencia del nuevo rico”.


Bien, Hugo Vega  busca el amparo de la ley. Se consigue un abogado y se entabla una demanda. Se descubre que Sacal tiene un historial de violencia y problemas con “anger management”. (Vean el video que lo dice todo).  Lo importante es que su animalada sale a la luz y pronto las redes sociales se apoderan de la noticia, mas que los medios oficiales. Sacal se ve obligado a pedir una disculpa pública, a pagarle una indemnización a la victima y a prometer someterse a terapia.

Lo que quien ahora la vox populis apoda sarcásticamente el “Gentleman de Las Lomas” se olvida de hacer es pedir una disculpa a su comunidad, porque su graciecita ha hecho aflorar el antisemitismo en México, al menos en el mundo virtual. Lo que Sacal hizo estuvo mas que pésimo, pero puede hacerlo cualquier ricachón prepotente, cristiano, ateo o budista, en nuestros países donde la diferencia entre " los que tienen” y "los que no" está tan marcada.Sin embargo, tanto en Twitter como en Facebook el comportamiento de Sacal va atado inexorablemente a su condición de judío. Tal como el incendio de Torres del Paine  provocado por un turista israelí, que quemaba el papel con el que se acababa de limpiar el popi, es vinculado a una conspiración judeo-sionista.

En YouTube videos como “Hitler ordena acabar con Miguel Sacal” o “Extranjero judío golpea a mexicano” o “agresiones del negociante judío” demuestran como se utiliza el acto para explotar el sentimiento anti judío, pero yo encuentro una diferencia tremenda entre el comportamiento de la audiencia de nuestro país y la mexicana. Es cierto que los comentarios son virulentos y vulgares y que expresan un antisemitismo muy burdo, con muchas alusiones pro-Nazis, pero vienen de un público que ya conocemos: el anónimo, el ignorante, el que no representa a nadie.  No hay dirigentes estudiantiles ni catedráticos vinculando el comportamiento sicópata de Sacal con su judaísmo. No hay diputados exigiendo que se prohíba a los judíos vivir en Polanco o usar sus estacionamientos.


Más importante, por cada cinco comentarios judeofobos en las redes sociales se levantan voces  de “cristianos viejos” que los amonesten, les exigen que moderen el discurso, que basta de incitar a la violencia. Y salen con nombre y apellidos (desde los Pérez y Rodríguez, hasta vetustos apellidos vascos) a decir que Sacal no representa la comunidad, que ésta ha contribuido a México con gente valiosa, que son tan mexicanos como cualquiera. ¿Por qué no veo eso en Chile?

Donde mayormente han destacado los judíos en México es en las artes, la música, el cine y el periodismo. Aquí en Chile también tenemos artistas y actores judíos, pero la gente muchas veces ni sabe que lo son y si lo sabe es para echárselo en cara. En México  el ser judío no hace a un artista perder el cariño del público. Pongo como ejemplo a Mark Tacher.
Mark Tacher Feingold


Mark Tacher Feingold es un actor y conductor mexicano que ha adquirido bastante fama gracias a las telenovelas, en especial la excelente “La Hija del Mariachi”. La fama de Tacher le ha acarreado un club de fans cibernético conocido como “La Manada”. Compuesto por mujeres de todo el mundo hispanoparlante, La Manada es una fuerza que merece respeto. Cuando se lo propone hace subir a Mark en las encuestas, muy posiblemente consiga que gane como Mejor Co-Estelar en los próximos Premios TVyNovelas mexicanos y fueron sus miembros quienes, con sus protestas, convencieron a Televisa de abandonar el proyecto de hacer una versión mexicana de La Hija del Mariachi.
Carolina Ramirez y Mark Tacher en La Hija del  Mariachi

Pero volviendo a los propósitos de este blog, Mark Tacher nunca ha ocultado su judaísmo, habla hebreo perfectamente y se ha manifestado públicamente a favor de Israel. Eso no ha afectado la adoración de su Manada. Es cierto que Tacher es simpático, carismático, buen actor y está como lo recetó el doctor, ¿pero cuántos artistas judíos provocan ese cariño y esa tolerancia?


Natalie Portman, que es la actriz judía más taquillera del momento ha sido blanco de los comentarios antisemitas y criticas por su apoyo a su patria Israel  incluso en foros y sitios web algunos dedicados a ella.  Por eso el caso de Mark Tacher es tan singular.  No me puedo imaginar a otra estrella latina de origen judío que tenga ese “feeling” con sus fans que abrazan hasta esa idiosincrasia cultural de su ídolo.

La Manada saludó a Tacher en Hanuka y le deseo un Feliz Año en septiembre, pero él también  hizo algo muy bonito. Deseó a toda su Manada un Feliz Año, porque como judío docto sabe que en Rosh Hashannah D-s juzga a todo ser viviente, desde Obama hasta mi gato Damián.  Además también les deseó una feliz fiesta a su Manada en diciembre.
Tarjeta de Navidad de La Manada


Siguiendo con la tolerancia mexicana hacia el judaísmo, otro miembro de la farándula que vía Twitter deseó un Feliz Año en septiembre a sus amigos judíos fue la actriz Silvia Navarro. Me encantó el gesto de “La Chivis” Navarro.Creo que esa es la actitud  que permite una convivencia armónica . El respetar y admitir las costumbres ajenas y compartir las propias ha sido siempre la base del dialogo antirreligioso e intercultural entre judíos y otros grupos.
Silvia Navarro


Pero no solo la farándula  mexicana hace gala de su apertura de mente. Yo llevo once años trabajando para una compañía cuyas oficinas están en México y en Miami. Parafraseando a un personaje de la “GoodFellas” de Scorsese, Miami es “Jew Heaven” (Paraíso judío). Sin embargo, en esos once años, nadie en mi compañía me ha deseado un Feliz Año en septiembre.

Este año sin embargo, mis colegas de la oficina de México si lo hicieron. Les pregunté que cómo se habían enterado. Mi amiga R. me respondió “La fotógrafa que trabaja con nosotros es sefardí, va al templo y nos enseña cosas del judaísmo”. De esas palabras emergen tres verdades. La fotógrafa se siente tan cómoda en su entorno laboral que puede revelar su judaísmo, sus compañeras demuestran una sana curiosidad por conocer otra cultura y ella está  dispuesta a ilustrarlas. Eso es todo lo que se necesita para vencer la ignorancia y crear un mundo de armonía multicultural. Pero reitero ¿Por qué eso es posible en México y en otras partes no?

lunes, 16 de enero de 2012

Ignorancias del antisemitismo chileno: Hinzpeter, Maximiliano Grass y los lectores de The Clinic

                                          
Hace unos días hablaba con un amigo judío al que no veía desde el 2004. Antes de cumplirse cinco minutos de intercambio telefónico ya  estábamos de acuerdo: el antisemitismo en Chile va en auge. Aunque  el fenómeno parece girar en torno a la figura del Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, en realidad la judeofobia chilena ha estado siempre ahí. Aflora o por adoctrinamientos ancestrales o por agendas modernas, pero se perpetua sobre todo por la gran ignorancia que caracteriza a nuestra clase media profesional.

Comienzo con algunos postulados. El antisemitismo existe desde que D-s  creó al pueblo hebreo. El antisemitismo nunca va a morir, puede que duerma una siesta larga y luego despierta disfrazado de otra cosa. Desde la creación del Estado de Israel el antisemitismo usa el seudónimo de “anti sionismo”. Desde hace un par de años  el antisemitismo en Chile ha salido del closet pero se ha convertido en un arma política para todo el que quiera desacreditar al gobierno y a las instituciones. Esa es la diferencia, porque hoy el discurso antisemita mas soez no viene de parte de grupúsculos descerebrados sino del hocico de profesores, parlamentarios y dirigentes políticos que lo vomitan sin empacho como si estuvieran en el Tercer Reich.
<= Tuit del profesor de Ética de la Universidad del Maule, Iván Canales 


La situación ya se ha vuelto tan incómoda que la semana pasada, Maximiliano Grass, Presidente de la Federación de Estudiantes Judíos se vio obligado a tratar el tema en una entrevista a The Clinic. Hasta leer esa nota yo no sabia quien era Maximiliano Grass, ni que existía tal federación. No estoy muy segura de que concuerdo con todo lo que dice Grass. Lo que si sé es que un tema tan serio debería haber tenido mejor marco que The Clinic.

Yo no leo The Clinic. Encontré la  nota por casualidad en Twitter. Me es difícil explicar a mis lectores extranjeros que es The Clinic o encontrar alguna publicación equiparable. Es un pasquín que se las da de saber de política, pero cuya nota más vista de la semana se titula “Perla, tan caliente como tú”. La segunda mas vista es una semblanza de Anita Alvarado escrita por su abogado.

A mi no molesta que The Clinic lucre con las calenturas de Perla o los secretos de la “Geisha” Alvarado. Me molesta su juego político. Me molesta su cinismo hipócrita, su pretensión de no casarse con nadie cuando en realidad sirve a los intereses del grupo más nefasto de la política chilena, el anarco-rojerío,  y busca exacerbar los lados mas feos del extremismo sea de Izquierda o de Derechas. ¡Y puchas que hay lados feos por ahí!


Eso fue evidente en las respuestas de sus lectores que dejaron más que claro como opera la mentalidad del antisemitismo chileno. Una mentalidad que se nutre de argumentos añejos, y mitos ignorantes y difíciles de sustentar. Una vez dije en este blog que no sabía de dónde nacía el antisemitismo chileno. Solo leer esos 33 comentarios (mas una cantidad de información que canalizaré en otra entrada) me ayudaron a entender.

Lo que dijo Grass, en resumen, fue que Hinzpeter no representa a la comunidad judía chilena y que es injusto que todos los judíos paguen por los platos rotos por el Ministro.  En realidad, un  individuo jamás representa a ninguna comunidad, pero ese tipo de lógica se pierde en el pensamiento indocto e incoherente del hombre-masa chilensis que curiosamente no recluta sus seguidores ni en el lumpen ni el campesinado, sino en la clase media semi-educada.

Maximiliano Grass

Los comentarios vienen de todos lados  del extremismo político, desde los que cantan “La Internacional” hasta los que silban el “Horst Wessel Lied”. Un consenso que une a estos polos opuestos es su pésima opinión de los judíos. Hay algunos que la expresan con redacción cuidada, otros a punta de garabatos dirigidos hacia el mundo hebreo. La calidad de los argumentos, sin embargo, evidencia un raciocinio superficial de gente que se informa vía redes sociales, revistas de farándula y leyendas urbanas.

A ratos el nivel de discurso recuerda al más rancio antisemitismo europeo. Un comentarista se queja de encontrar el “hedor” de los judíos hasta en The Clinic. Otros utilizan argumentos ultra manoseados por agendas palestinas desde el momento en que los palestinos decidieron convertirse en victimas profesionales y para eso hubo que restarle  cualquier rasgo de mártir u oprimido al enemigo. Irónicamente, dicen que es peligroso el “infiltramiento” de jóvenes judíos como Grass en la sociedad chilena. Estoy segura de que la Familia  Grass tiene más tiempo en Chile que ciertas etnias que se están infiltrando  más recientemente en nuestro país y precisamente gracias a los manejos de quienes escribieron esas mismas palabras.

Hay comentarios de quien acusa los judíos de apátridas y extranjeros en Chile y hay de quien los acusa de ser fascistas. Otro lo rebate aludiendo a la sana contribución judía al marxismo chileno. ¡No nos defienda, compadre! Este mismo señor se queja de que  Hinzpeter sea el único ministro judío del gobierno de Piñera, lo que  demuestra lo mal que la Derecha trata al pueblo judío. ¿Caballero si ya tenemos bastante antisemitismo con Hinzpeter se imagina como estaríamos si hubiera más ministros judíos?

Pero los comentarios más repugnantes vinieron de una personita que se auto apoda “Lina Whisky” y que representa para mi el tipo de antisemita mas nocivo. El que finge o hace creer que “conoce” a los judíos, que “sabe de sus manejos”. Madame Whisky es toxica en toda su sapiencia. Pretende saber como funcionan las sinagogas, las escuelas judías, incluso susurra como conspiradora que sabe que la comunidad ya meterá en cintura al Presidente de la Federación de Estudiantes Judíos. Dice que todos los judíos  chilenos se reúnen en la sinagoga y obran según dicta el rabino, y que a Grass lo castigara “el consejo de ancianos de su comunidad” ¡Ayy no, los Sabios Gatunos! ¿Qué leyó esta pendeja? ¿”El Cementeriode Praga” de Umberto Eco?


Maximiliano Grass se une a  la lista de comentarios y le cuenta que nadie lo ha censurado. Con una serenidad y paciencia digna de Hillel le explica que un rabino es solo un guía espiritual, que la comunidad es tan diversa que seria imposible imponerles ningún criterio. Que los rabinos no son curas, que lo que opinen o piensen no tiene el peso de la palabra divina. Se guarda de decirle cosas básicas como que hay muchas sinagogas en Chile, muchos rabinos.

“Rabino” es solo un titulo que quiere decir “maestro” y por eso Jesús que era rabino era llamado así por sus discípulos. En el judaísmo  se pueden tener servicios religiosos sin necesidad de sinagoga ni rabino. Solo se necesita de un grupo (minyam)de diez hombres circuncidados y mayores de doce años. Las bodas judías suelen ser al aire libre y  la presencia del rabino es deseable, pero no obligatoria. No se necesita de  un rabino para circuncidar a un niño. En mi escuela como éramos solo mujeres rezábamos las oraciones diarias sin siquiera eso. He asistido a servicios sin rabinos y a otros en que el minyam estaba compuesto casi todo por rabinos, puestos que la actividad rabínica no esta subordinada al templo. He conocido rabinos médicos, militares, abogados, ingenieros, siquiatras, académicos, filósofos y hasta un Chevalier de la Legion D’Honneur. El amor de mi vida era rabino y músico.

Pero Lina Whisky no escarmienta. Continua diciendo que ha trabajado para una escuela judía en New York y que se sabe (aunque no quiere entrar en detalles) como funcionan  las jerarquías y sistemas de liderazgo en ese entorno. Vaya, yo le gané porque me gradué de una escuela judía y enseñé en otra. Si  hay algo que supera a la cantidad de sinagogas en NY es la cantidad de escuelas judías. Entre mi casa y mi universidad en NY había cuatro escuelas judías, incluyendo Solomon Shechter donde estudió la primaria Natalie Portman. Ninguna de esas instituciones tenía el mismo sistema de “jerarquía” ni  la misma manera de crear “liderazgo” y en ambos aspectos no diferían de otras instituciones escolares  de  cualquier denominación.

Además no entiendo qué tenga que ver el modo en que funciona un sistema escolar con Hinzpeter y la nefasta influencia de los judíos en Chile. Perdón, no solo en Chile. Lina Whisky termina su reporte con una frase criptica “los judíos están arruinando ese gran país (USA) y la economía mundial”. ¿Qué tendrá que ver la economía mundial, los problemas de los gringos, las intrigas laborales en una escuelita de un poblado neoyorquino, los desmanes de Hinzpeter, y los judíos en Chile? Pero así funciona el antisemitismo con medias frases, con susurros copuchentos siempre sabiendo que la ignorancia es el terreno más fértil para sembrar la judeofobia.

Debido a que la mezquindad humana es tan transparente creo adivinar de donde surge la hostilidad  de Lina Whisky. Esas jerarquías le impidieron “liderar”, fue excluida, incluso despedida y de ahí nace su rencor. 
La entiendo porque yo también choqué con jerarquías en mis días de docencia, yo también presenté mi renuncia al no sentirme apoyada por una administración escolar débil, incoherente y poco solidaria. También salí agitando el puño en contra de comunidad y religión organizada, pero a diferencia de Lina Whisky, tuve la madurez de notar que ese pequeño incidente no representaba toda la grandeza y riqueza  que se esconde tras el término “cultura judía”. Y años más tarde cuando viví una experiencia similar en un instituto viñamarino que ya no existe, regentado por un católico libanes y una canadiense protestante, me di cuenta que en todas partes se cuecen habas.
Violante (la del medio) y alumnas,  en sus días de luchar contra "jerarquías" escolares

 Mi consejo a Doña Lina es que deje de darle al Whisky, que se tome un Armonyl y que tanto ella como otros tarados, a los que alguna vez algún judío les negó empleo o una judía le hizo huelga de piernas cruzadas (la única razón que convirtió a Henry Ford en un antisemita con mayúscula), no sigan propagando sus leyendas urbanas que tanto ayudan a fortalecer el antisemitismo ignorante que hoy florece en Chile.