domingo, 26 de junio de 2011

El Fascismo y los judíos: sionismo, expansionismo y anti-semitismo (segunda etapa, 1933-1938)

Alumnos judíos de una primaria de Ferrara en uniforme de "Balilla" (1936)


Para  cuando Adolf Hitler sube al poder en Alemania, Benito Mussolini es uno de los hombres más respetados del mundo y su Italia Fascista es considerada un modelo de buen gobierno. Gandhi lo describe como un “súper hombre”, Winston Churchill confiesa "que le ha robado el corazón",  Thomas Edison lo califica como “el genio más grande de la era moderna “y  Franklin D. Roosevelt se refiere al Duce como ese "admirable caballero”.  Nadie admira más a Mussolini que el ex Cabo Hitler, pero el Duce mira con desprecio a Alemania y sus políticas. Eso, en solo cinco años va a cambiar.

En 1933, 4,950 judíos adultos son miembros del Partido Fascista (eso descontando a los cientos de niños judíos miembros de organizaciones fascistas juveniles como Balilla y Piccole italiane) Como la comunidad judía cuenta con unos 40.00 individuos se podría decir que más del 10% de la población adulta semita italiana tiene tarjeta del Partido.

Los judíos siguen siendo parte de la cultura fascista. Ludovico  Mortara es nombrado Presidente de La Corte de Apelaciones y  Guido Jung fungirá como Ministro de Finanzas entre 1932 y 1934. Hasta la industria del entretenimiento fascista tiene judíos. Guido Da Verona, el escritor mas popular de Italia es, tal como su biógrafo  Enzo Magri lo ha descrito, un “ebreo fascista”.
Guido Da Verona

 Uno de los grupos más populares  de la música de los 30 y 40 es El Trío Lescano, formado por las hermanas Caterina, Alessandra y Giuditta,  hijas de una judía holandesa. Mussolini es un gran admirador de las cantantes. Cuando pasa por su casa, levanta el brazo y las saluda “Salve, Lescano!”. Curiosamente a pesar de ser medio judías y medio extrajeres las Lescano siguen grabando aun durante la guerra y solo vienen a ser arrestadas por la Gestapo, en 1943, tras la ocupación de Roma.


Pero volvamos atrás. ¿Cómo reacciona Mussolini a las primeras muestras de antisemitismo alemán?  Antes de Hitler asumir el puesto de Canciller de Alemania, en 1932, Il Duce tiene varias entrevistas con el escritor judío alemán Emil Ludwig, quien las publicará en forma de un libro titulado  Coloquios con Mussolini. En esas entrevistas Mussolini hace comentarios despectivos sobre el Nazismo y enfatiza” aquí en Italia no existe ni existirá el antisemitismo. …Nada me hará creer que una raza biológicamente pura exista hoy día...El orgullo patrio no necesita de delirios racistas”.

En 1934, un año después que  Freud lo llama “El héroe de la cultura”, El Duce hace este discurso en la Feria Levantina respecto de las políticas racistas instituidas en Alemania: “Treinta siglos de historia nos permiten mirar con supremo desprecio  ciertas doctrinas predicadas más allá de los Alpes por los descendentes de quienes eran analfabetos cuando Roma tenía  a Virgilio, a  Cesar y a Augusto”

El Duce no se queda en palabras y abre las fronteras a los refugiados de la Alemania Nazi. Tantos entran que en un artículo para The New Republic, en 1938,  el novelista y antifascista Ignazio Silone dice que con el flujo extranjero la comunidad judía italiana ha alcanzado la cifra de 65,000 individuos.La relación entre Italia y Alemania no es totalmente amigable. Los Nazis acusan al Duce de practicar un “Fascismo kosher”. En 1934, tras una primera y desastrosa entrevista con el Fuhrer, Mussolini le dirá a un ayudante “no me gusta la facha de ese tipo”. En Europa, El Duce parece ser el único en darse cuenta de lo peligroso que puede ser este nuevo  régimen totalitario.

 Desde su llegada al poder, Hitler intenta apoderarse de Austria azuzando a los nazis austriacos. Inglaterra y Francia se hacen los lesos, pero Mussolini se convierte en el mayor defensor de a independencia austriaca. En julio del 1934,  El Canciller austriaco Engelbert Dolffuss envía a su esposa e hijos a Italia a pasar unas vacaciones como invitados de Donna Ráchele Mussolini, esposa del Duce. Se espera que el Canciller se reúna con ellos pronto.

 El 24 de julio, apoyados por dinero y armas alemanas, los Nazis inician un levantamiento en Viena y otras partes dela republica. Antes de ser derrotados, los Nazis asesinan a Dolffuss. Inglaterra y Francia miran asustadas el espectáculo. El Duce es el único que reacciona. Enfurecido ante la muerte de un aliado cuya familia es su invitada, manda tropas italianas a la frontera. Son esas tropas las que impiden que triunfe el alzamiento Nazi en la provincia fronteriza de Carintia. El prestigio de Mussolini aumenta como también su imagen de ser el único hombre en Europa capaz de enfrentarse a Hitler.

¿Era sincero el Duce al enfrentarse a Hitler? Si, puesto que convenía a sus interés. Por lo tanto no lo creo un defensor de los judíos, pero tampoco el antisemita solapado que quieren ver en él ciertos historiadores. El Duce fue siempre una amalgama de pragmatismo e idealismo. Un hombre practico, oportunista  muy manipulador. Ahora que su régimen estaba asentado, su mayor preocupación era expandir su imperio, cumplir las promesas hechas a los irrendentistas, recobrar tierras  que pertenecían a Italia y resucitar el concepto Romano del Mare Nostrum.

Para convertir el Mediterráneo en un lago italiano, Mussolini tenia que apoderarse del Norte de África. Ya tenía Somalia y Libia, pero quería más, para eso tenia que enfrentarse al colonialismo francés e inglés, y la mejor manera era soliviantar a los árabes sometidos a estas fuerzas imperialistas. Así Mussolini comienza a extender su plan primero en Egipto, que aunque reino independiente, está bajo protección” británica.

Para eso Il Duce apela al Gran Rabino de Alejandría, un livornés llamado Davide Prato, que más tarde será Gran Rabino de Roma. Interesante es esa petición porque demuestra que las comunidades árabes y judías en el Levante estaban bastante unidas en esa época. Esa armonía tenía sus días contados. Ya los países adyacentes  la Palestina Británica, y por supuesto, los que viven en ese Mandato, cobraban conciencia del sionismo y el peligro que representa para ellos.

Se ha dicho que fue el sionismo una de las causas para las políticas racista del Duce. No le daría tanta importancia.  En Italia, el sionismo no estaba tan extendido como en otras partes de Europa. Es por eso que se recuerda incluso por nombre a quienes harían “aliyah” antes de las leyes raciales, como son los casos de Enzo Sereni y  Dan Augusto Segre.

Aunque si bien es cierto que Mussolini empeñado en convertirse en “protector” de los árabes,  hará enemigos suyos a los enemigos de sus protegidos,  inicialmente El Duce ve en el sionismo una excelente arma para combatir al colonialismo inglés y su influencia en el mundo islámico. En los años 20’s y 30’s, Mussolini tiene varias entrevistas con importantes figuras del sionismo como el Dr. Chaim Weizmann, y con Nahum Goldman, presidente de la Organización Judía Mundial. En su autobiografía, Goldman cita a Mussolini diciéndole: «Ustedes son mucho más fuertes que Herr Hitler. Cuando no quede rastro de Hitler, los judíos serán todavía un gran pueblo. Ustedes y nosotros. [...] Yo soy sionista, tal como le dije al Dr. Weizmann. Ustedes deben tener un país verdadero, no ese ridículo Hogar Nacional que les han ofrecido los británicos. Yo los ayudaré a crear un Estado judío”.

 Mussolini favorece el sionismo de ultra derecha, al Sionismo Revisionista (antecesor del Likud) de Vladimir Jabotinsky. En 1934, se abre en Civitavecchia una academia naval para entrenar a los miembros de Betar la organización juvenil de Jabotinsky. Aunque nominalmente dirigida por el biólogo marino y secretario de Partido Fascista local Nicola Fusco, la academia que operaria hasta 1938, es manejada por el revisionista Jeremiah Halpern. De ahí egresarían muchos de los futuros oficiales de la Armada Israelí.
                                            La "Sarah 1", buque-escuela de la Academia Maritima de Civitavecchia

1934, el año en que abre  sus puertas esta academia, es también el año del incidente en Ponte Tresa.  Mario Levi y Sion Segre Amar, son detenidos en esa localidad fronteriza portando literatura antifascista. Levi escapa y  cruza a nado el lago hasta Suiza. Su compañero es llevado a juicio junto con su hermano Gino, un ingeniero de las fabricas de maquinas de escribir propiedad de los Hermanos Olivetti, judíos  antifascistas. Levi y Segre Amar son miembros del grupo “Giustizia e Liberta” formado en Francia por los Hermanos Roselli.

A pesar de que tanto los Roselli como la mayoría de sus seguidores son judíos, no son sionistas (ni siquiera eran marxistas). Aun así la prensa italiana se esmera en presentar el caso como parte de una conspiración sionista. Por primera vez en Italia comienza crearse esta imagen de judíos anti-fascistas, internacionalistas, marxistas y sionistas. Esto obliga a muchos judíos fascistas a reaccionar públicamente declarando su rechazo al sionismo y su lealtad al Partido y a Italia.  Ettore Ovazza, judío y ardiente fascista publica el periódico “La Nostra Bandiera” cuyos artículos  enfatizan el patriotismo de los judíos italianos.

Al año siguiente, Mussolini comienza su campaña más agresiva de expansionismo: la conquista de Etiopia. Desde la humillante derrota que el ejército italiano sufriera a manos de los etíopes a fines del Siglo XIX,  que los italianos estaban esperando esta oportunidad. Es una cuestión de honor, y por eso los judíos italianos abrazan el conflicto. Guido Jung renuncia a su puesto de Ministro de Finanzas para vestir el uniforme militar.

Un breve paréntesis para hablar de esta campaña atroz en la que morirían 30,000 etíopes, y que gana Italia a base de cometer todo tipo de atrocidades contra un pueblo pacifico y civilizado. Obvio que tanto la Sociedad de Naciones como los países occidentales debían repudiarla, pero hay tres factores que siempre me han exasperado. Otras atrocidades sometidas en esas época (e.g. las japonesas en la China) no reciben el mismo nivel de rechazo. Francia e Inglaterra, que se dan baños de pureza y apuntan con el dedo acusador a Italia han cometido similares atrocidades en sus colonias. La verdadera razón por la cual son tan rápidos en juzgar y condenar es porque temen el efecto que las políticas expansionistas del Duce tengan sobre  sus imperios.


Mussolini no esperaba una reacción tan negativa por parte de la comunidad internacional y comienza ver la mano de una conspiración judía tras el repudio internacional. ¿No son  judíos mayoría de los antifascistas? ¿Acaso no es la plutocracia judía la que maneja los intereses de Occidente? La activa participación de judíos en el bando republicano en la Guerra de España termina de convencerlo de que los judíos son sus enemigos. El rechazo de Inglaterra y Francia lo hace sentirse aislado e inclina la balanza a una alianza con Hitler. ¿Qué mejor muestra de su buena voluntad hacia las políticas Nazis que crear sus propias Leyes Raciales?

El antisemitismo italiano no nació de un día para otro. Existía desde antes pero era insignificante. Sin embargo, la nueva política Fascista le da tribuna a gente como Giovanni Preziozi, un ex sacerdote que desde los años 20’s dirigía un diario antifascista “La Vita italiana”. Pronto,  tanto la radio como la prensa se encargande  poner de moda la judeofobia. Se republican Los Protocolo de los Sabios de Sion a los que se agregan nuevos textos antisemitas como Gli ebrei italiani de Paolo Orano, publicado en 1937, una invitación a los judíos a renunciar a toda su herencia cultural y a “toda lealtad extranjera”, asimilándose completamente en el mundo fascista.

En junio 1938 sale a la luz el infame “Manifesto degli scienziati razzisti” (Manifiesto de los científicos raciales (¿??)) que afirma que la población y civilización de la Península es aria, que existe tal cosa como “una raza puramente italiana” y que los judíos no son parte de ella. ¡Este panfletucho fraudulento, en el que ni Mussolini creía, ni siquiera venia firmado! Las firmas de los famosos “científicos”  aparecen unos días después. Únicamente un de ellos goza de  algún prestigio, y cuatro de los firmantes son jóvenes asistentes de profesores aniversarios. Aun así el manifiesto es el predecesor y “legaliza” la implementación de  las Leggi Razziale que en noviembre de ese mismo año severa de raíz toda vinculación entre judíos y Fascismo y pone término  a una Italia libre de antisemitismo.

Después de la guerra, Juan Domingo Perón dirá, “Mussolini fue el hombre más grande del siglo, pero cometió errores que yo no cometeré”. No sé a que errores se refería El General pero si me preguntan, la tumba se la cavó el Duce con tres actos: la invasión de Etiopia, la Alianza con la Alemania Nazi, y las leyes raciales.

domingo, 19 de junio de 2011

Los judíos y el Fascismo : una paradoja histórica. (Primera etapa 1919-1932)


En la primavera de 1919, 119 hombres se congregan en un hall en la Piazza San Sepolcro, en Milán,  para fundar  Il Fasci Italiani Di Combattimento, que dos años más tarde se convertiría en Il Partito Nazionale Fascista. La sala había sido arrendada por Cesare Goldman, uno de los cinco judíos presentes en esa reunión. Así nacía el fascismo, con apoyo de judíos y libre de antisemitismo. Irónicamente, todos los movimientos que seguirían su ejemplo (con la excepción del Justicialismo argentino) serían invariablemente antisemitas.

Como les comentaba en el previo post, mi investigación sobre los judíos y la Derecha me abrió los ojos sobre muchas falacias y mitos. Una de ellas es que para muchos el Fascismo y la Derecha son sinónimos. Muy por el contrario, tanto el Fascismo puro como sus clones tienen mas en común con el socialismo (por algo el partido Nazi se llamaba “Nacional Socialismo”)  y con políticas de justicia social impulsadas por la izquierda, que con modos de vida burgueses, culturas oligárquicas o políticas conservadoras.

El Fascismo es una ideología totalitaria, autoritaria y nacionalista. En eso todas las corrientes   fascistoides se asemejan. Al ser movimientos nacionalistas suelen mirar con sospecha  al  extranjero y a las etnias, por eso con poquísimas excepción, con antisemitas declarados. Inicialmente el Fascismo original (que escribiré con mayúscula para diferenciar de otros usos y significados del término) no lo fue, al menos en sus primeras décadas de vida.

El Fascismo en Italia nace de una serie de factores. El primero es la humillación nacional. A Italia  la venían hacía rato atropellando, tanto en el campo de batalla como en el diplomático. A pesar de ser aliada de Inglaterra  y Francia en la Gran Guerra, en la Conferencia de Versalles les habían negado hasta el derecho al puerto de Fiume que los irrendentistas italianos consideraban debía ser parte de su territorio.

Salvatore Barzilai, periodista judío que dirige la Delegación Italiana a la Conferencia de paz
Los soldados que regresaban del horror y las privaciones de la guerra se encontraban sin posibilidades de empleo. Para colmo, eran vituperados por obreros levantiscos que habían permanecido en sus fábricas durante el conflicto y que eran, en su mayoría, socialistas, anarquistas y pacifistas. El campesinado se sentía humillado por las medidas agrarias socialistas que el gobierno intentaba imponerles. Existía un gran temor en las clases latifundistas y empresariales ante  un posible Soviet italiano.

Si aunamos el sentido patrio pisoteado, descontento social, desempleo, aumento del crimen organizado en el Sur, huelgas y protestas violentas, y miedo a una posible Revolución Bolchevique (sobre todo después que los obreros se tomaron las fábricas en el verano de 1920), se entiende que la burguesía acomodada,  la aristocracia, los industriales y los terratenientes se mostraran más que dispuestos a  apoyar económicamente a Benito Mussolini. Y había una gran mayoría de judíos latifundistas, industriales y hasta aristócratas que  no veían nada malo en unirse a este nuevo partido.

En esa primera etapa, el Fascismo  era extremadamente sincretista, una amalgama de ideas liberales, de conceptos de izquierda (hasta anárquicos), que enfatizaba no la lucha en contra, sino la colaboración de clases sociales. Vale recordar que Mussolini, en 1919, hacia solo cinco años que había abandonado el Partido Socialista.

El primer manifiesto proto-fascista fue el  Fasci d’Azione rivoluzionaria internazionalista, redactado por el abogado judío Ángelo Oliverio Olivetti. Socialista y furibundo sindicalista, Olivetti también era ultra nacionalista. Funda este Fascio como una reacción a la petición del Partido Socialista Italiano a mantener la neutralidad durante la Gran Guerra. Colabora con él Mussolini a quien Olivetti había conocido en Suiza, en 1898. Pronto Mussolini lidera el movimiento y Olivetti deja el socialismo y se aferra a un concepto que parece una antítesis, el sindicalismo fascista. Hasta su muerte en 1931, Olivetti es leal a un régimen que  de alguna manera había ayudado a fundar.

Mussolini, en esa primera etapa era un hombre que atraía todos los grupos: a los católicos a los monárquicos e incluso a segmentos semi revolucionarios como los socialistas desilusionados y las feministas. En 1919, el primer manifiesto fascista “Il manifestó de fasci di combatimento" (publicado en Il Popolo Italiano, diario de Mussolini, financiado por el Commendatore Elio Jona, judío) ya  promete el voto femenino.

 
Mussolini corteja a las feministas italianas entre ellas varias judías como Margherita Sarfatti, que se convertirá en su amante (anteriormente el futuro Duce ya había tenido otra amante judía, Angelina Balabanoff) y Silvia Bemporad Servi que seria la directora de la revista femenina mas importante del Periodo Fascista,  L’Almanacco della Donna Italiana Más tarde la sustituirá otra judía, Gabriella Aruch, que es obligada a dimitir en 1938 debido a las leyes raciales.

Con lo dicho queda claro que ni Mussolini ni su partido tenían políticas excluyentes hacia los judíos. No tendría porque hacerlo cundo Italia era el país donde los judíos gozaban de mayor libertad, teniendo representantes  en todas las aéreas profesionales y políticas. Además de alcaldes, senadores, y ministros de origen hebreo, los destinos del país habían sido manejados por un Prime Ministro judío, Luigi Luzatti. Era el segundo judío en alcanzar ese grado de poder en Europa, después de Benjamín Disraelí en Inglaterra. La diferencia es que a Luzatti n se le obligó a abjurar de la fe de sus padres para poder ocupar ese cargo.


En una Europa donde la mayoría de los países  prohibían a sus ejércitos tener oficiales judíos, y el caso Dreyfuss en Francia demostraba la falsa tolerancia de la clase militar de la liberal nación gala,  Italia nombraba su primer general judío, en 1888. Se trataba del  Conde Giuseppe Ottolenghi, que mas tarde sería Ministro de Guerra. Durante la Primera Guerra Mundial el ejercito italiano contaba con cincuenta generales judíos (Estados Unidos no tendría generales de origen semita sino hasta después dela Segunda Guerra Mundial.)El oficial mas condecorado del ejército italiano en la Gran Guerra  fue El General Emanuele Pugliese, judío.
Conde Ottolenghi
 

Entre los mártires fascistas de lo que el Partido denominaría “La Primera Guerra Civil Italiana” (1919-1922) también hubo judíos: Gino Bolaffi, el legionario  Duillo Sinigaglia (muerto en Módena, a los veinticuatro años) y  Bruno Mondolfo  (muerto en Fiume, en 1921).

En 1922, Mussolini es elegido al Parlamento, en octubre de ese año tiene lugar  su famosa Marcha de camisas negras hasta Roma donde toman el poder. Con el apoyo del Rey Vittorio Emmanuel III, Mussolini se convierte en Primer Ministro de Italia. Para entonces 746 judíos eran miembros del Partido. Muchos más lo seguirían. Doscientos recibirán un estatus de honor por haber participado en la Marcha.

Los judíos  se distinguen el Partido y no solo por marchar o ser mártires. El aviador, y héroe militar, Aldo Finzi fue el primer diputado fascista elegido al Parlamento en 1921. En los años 20’s,  fue Subsecretario del Interior, Subsecretario de Aviación, organizador del brazo paramilitar del Partido y hombre de confianza del Duce. Acusado de participar en el asesinato del politico socialista Giacomo Matteoti, Finzi se ve obligado a renunciar y a retirarse de la política, a pesar de que posteriores investigaciones demuestran su inocencia. Se dedicó al comercio del tabaco. Su trágico final pertenece a la segunda etapa del Fascismo.
Aldo Finzi

Finzi no  seria el  el único judío en destacarse en esa primera década del fascismo. El Subprefecto de Policía Dante Almansi; El General Maurizio Rava,  Gobernador de Somalia;  el alcalde de Ferrara, Enzo Ravenna y  el Rector de la Universidad de Roma,  Giorgio Del Vecchio son otros nombres que evidencian la adhesión de los judíos al régimen.
Giorgio Del Vecchio

Aunque en 1919, en Il Popolo Italiano, Mussolini comenta la influencia de los hebreos en la Revolución Rusa y se pregunta si no será esa una venganza en contra del Cristianismo, un año mas tarde usa  ese mismo periódico para afirmar lo siguiente:  “In Italia no se fa assolutamente nessuna differenza fra ebrei e non ebrei. ” Termina con esta frase “La Nueva Sión, los judíos italianos la tienen aquí,  en esta  nuestra adorable tierra”. Ya nombrado Primer Ministro, en 1923, y tras una entrevista con  Angelo Sacerdoti, Gran Rabino de Roma,  Il Duce  anuncia formalmente que ni su gobierno ni el Partido Fascista han tenido  o tendrán  a intención de seguir políticas antisemitas.

Seria faltar a la vedad no señalar que hubo muchos judíos antifascistas,  aun en esa primera etapa tan admirada por el resto de Occidente. Enemigos del Duce fueron los diputados socialistas Claudio Treves y Giuseppe Modigliani (hermano del pintor), también los Hermanos Rosselil (a los que Mussolini mandaría asesinar en Francia en los años 30) prefirieron continuar la lucha anti fascista en el exilio. Incluso uno de los judíos sansepolcristi  Eucardio Momigliano, rápidamente se desilusionó con las políticas de Mussolini y fundó la Unione Democratica, un partido anti-fascista.
Carlo y Nello Rosselli

Me detengo aquí, pero quiero dejar claro que cualquier percepción de ser eso una apología del Fascismo es falsa. Aunque mas de una vez, me han tildado de "facha”,  no me gustan los regímenes totalitarios (por eso no soporto el marxismo) con su represión de libertades individuales y grotescos programas de adoctrinamiento. Pero puedo comprende el por qué  la burguesía acomodada y profesional, clase a la que pertenecían la mayor parte de los judíos italianos, se sintiese cómoda en un régimen fascista que nunca persiguió ni  su cultura ni su religión.

Por otro lado, hay algo siniestramente fascinante en ver como el Fascismo original estaba libre del antisemitismo, algo que no ocurriría con facciones imitadoras de su doctrina y que surgiría ncasi toda Europa (y siguen surgiendo. Hezbollah es un magnifico ejemplo). Como el Fascismo caería en la trampa del antisemitismo será el tema de mi próximo post.

Como este es un tema extenso y yo apenas logro cubrir los puntos principales, voy a hacer algo que no acostumbro, poner una breve bibliografía. De paso, les recomiendo que no se molesten con el artículo  “Italia Fascista” en la Wikipedia en castellano. Es incompleto,  inexacto y está mal redactado. Tiene unos párrafos que parecen traducidos por AltaVista.

BIBLOGRAFIA SELECTA
Bosworth, R.J. B. Mussolini’s Italy: Life under the Fascist Dictatorship, 115-1945.  (La Italia de Mussolini: La vida bajo la Dictadura Fascista, 1915-1945.) New York: Penguin Books, 2005
De Grazia, Victoria. How Fascism Ruled Women: Italy, 1922-1945 (Como el Fascismo dominó a las mujeres: Italia, 1922-1945).Berkeley, CA: University of California Press, 1992.
Stille, Alexander.  Benevolence and Betrayal: Five Italian Jewish families under Fascism (Benevolencia y traición: Cinco familias judeo-italianas bajo el Fascismo).  New York. Picador. 1991.
Zucotti, Susan. The Italians and he Holocaust: persecution, rescue, survival.  (Los italianos y el Holocausto: persecución, rescate, sobrevivencia)New York. Basic Books, Inc., 1987

lunes, 13 de junio de 2011

Judíos y de Derechas: ¿un oxímoron?


Hace unos meses, intenté explicar como el marxismo no era un invento de los judíos y que como estos habían terminado siendo sus chivos expiatorios. Un amigo me preguntó “¿Y para cuándo un post sobre como la Derecha trata a los judíos?”  La verdad es que ha llegado el momento de tratar ese tema y tal vez eso pueda explicar porque yo, conservadora, hasta cierto punto militarista, amiga de tradiciones, instituciones y valores domésticos, y profundamente anti-izquierda, no puedo considerarme de Derecha.

Antes de comenzar, confieso que éste ha sido uno  de los temas más complejos y laberinticos sobre el que he escrito. Constantemente mi mente bifurcaba hacia otros mares y me encontraba escribiendo sobre los judíos y el fascismo, o sobre los judíos y el Gobierno Militar. Al final tengo tema para tres posts más.

A diferencia de la Argentina o México, la comunidad judeo-chilena es pequeña (consta de unos  20,000 individuos) y no tiene un sello de identidad como las ya mencionadas. Eso explica porque en Chile se sabe poco de los judíos.  Pero lo poco que saben deriva en una imagen negativa y distorsionada sobre el judaísmo y la cultura judía. Una de sus aseveraciones más comunes es que los judíos militan siempre lo más lejos de la derecha del espectro político.
Karen Poniachik, Ministra de Mnería en el primer gabinete de Michelle Bachelet

Confirmó ese hecho el que Michelle Bachelet nombrase, en su primer ministerio, a varios ministros de origen hebreo. La prensa liberal estadounidense (o sea el 90% del a prensa gringa) hizo mucha propaganda a este hecho mencionando que después de Israel, Chile era el país con más ministros judíos en el mundo. De lo que no se habló fue de la labor mediocre de esos ministros, como tampoco nunca se habla en el extranjero que en Chile hay parlamentarios judíos de centro derecha como Lily Pérez o el actual Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter.
Rodrigo Hinzpeter


Un amigo me contaba que en Twitter si se habla mucho de Hinzpeter, invariablemente mal, invariablemente quejándose de su gestión, e invariablemente recalcando su origen judío. Aunque concuerdo en que no es un buen ministro ni buen político, es cansador que los tuiteros de izquierda y derecha siempre saquen a relucir su raza (Hinzpeter no es religioso por lo tanto tendremos que hablar aquí de origen racial). Pero como me explicaron pacientemente en este mismo blog, en Chile no se quiere a los judíos, ni siquiera cuando se llaman Farkas y van por la calle regalando plata. Sin embargo,  la animadversión reciproca entre judíos y  Derechas pareciera ser un fenómeno mundial.  

¿Qué razones entonces pueden llevar a un judío a participar en partidos conservadores? Principalmente el anti izquierdismo, miedo a influencias "progres” y respeto por valores conservadores y posturas tradicionalistas que son el eje del judaísmo. Por eso es que  la gran mayoría de los judíos ortodoxos, y los ortodoxos modernos, apoyan a la Derecha.

En los años 70’s, tanto mi sinagoga neoyorquina como la escuela judía en la que terminé mis estudios secundarios eran  bastiones republicanos. En aquel entonces para mi era perfectamente concebible, lo que para la derecha chilena resulta inaudito, que se puede ser judío y militar en la Derecha o centro Derecha.
Cuando salí del útero protector de mi colegio y entré a la universidad encontré otro tipo de judíos: cosmopolitas, intelectuales y profundamente progres. Ellos me explicaron que un judío de Derechas era un oxímoron, puesto que la Ultraderecha era la causa de todos nuestros males. 

Cuando consultaba con mis antiguos maestros u otros miembros de alas conservadoras judías, me explicaban que todos los movimientos extremistas o sea la Ultra derecha y su polo opuesto,  el comunismo estalinista habían sido fundamentalmente anti semitas y habían buscado erradicar la cultura judía. Si  la progresía judía era anti Derecha se debía a su rechazo por  el judaísmo tradicional y su modo de vida. De ahí nacía su apoyo a  políticas de libertades extremas.

Sin embargo, en Estados Unidos no se daba  fácil ese maridaje entre judíos y el Partido Republicano. Un detalle significativo fue cuando se hizo publica la declaración de James Baker, Secretario de Estado durante el gobierno de George Bush padre. El secretario comentó que no había que preocuparse tanto de la opinión judía puesto que “Jews don´t vote for us, so fuck them.” Jim Baker tenía razón, pero su modo de expresarlo pudo ser menos grosero.
James Baker

Si bien es cierto que la gran mayoría de los judíos estadunidenses votaron por Obama, la situación está cambiando. Un gran número de judíos estadounidenses se siente mas protegido por políticas republicanas, sobre todo en comparación a las desastrosas posturas de Obama. El senador Joe Lieberman abandonó el Partido Demócrata, y como independiente se ha convertido en uno de los pilares del Tea Party. En el Congreso, el Líder de la Mayoría  (ósea los Republicanos) es el senador judío Eric Cantor.
Eric Cantor

En Francia también está ocurriendo un fenómeno parecido. Desde la Segunda Guerra Mundial que era inaudito que un judío francés siquiera flirtease con la idea de ser de Derecha, una ideología, para siempre manchada por sus vínculos con políticas xenófobas y el colaboracionismo de Vichy. Pero desde los atentados a las Torres Gemelas, esa actitud ha cambiado.

Muchos judíos franceses se acercan a posturas más conservadoras o “americanizadas” como las describen sus enemigos quienes por supuesto incluyen a los judíos de izquierda, que además han tildado a esa corriente de “populismo sefardita”, porque parece que los “americanizados” son en su mayoría sefardíes, como el  académico franco-argelino Shmuel Trigano.
Shmuel Trigano

Pero esos cambios no parecen estar abarcando a las Derechas hispanoparlantes. Me lo demuestra mi exploración internautica en la que he usado términos como “judíos”  y “de derecha”. Un irónico resultado es que “judíos derechistas “o “judíos de derechas” suele aparecer en las miles de páginas pro-palestinas en español. Pareciera ser que los verdugos del pueblo palestino y enemigos de la paz fueran los judíos conservadores.  ¿Como explicaría  eso la Derecha chilena tan filopalestina?

lunes, 6 de junio de 2011

Embustes, incongruencias e ignorancias: las políticas del Negacionismo (Segunda parte)


En 1992, la Corte Suprema de Canadá dictaminó que el libro de Richard Harwood “Did Six Million Really Died? (¿Murieron realmente seis millones?), todo un pilar de la literatura Negacionista, "distorsiona la obra de otros historiadores, cita testimonios fuera de contexto, fabrica evidencia y cita fuentes inexistentes". El dictamen canadiense puede aplicarse a todas las tesis y documentos negacionistas. Irónicamente, el punto ya no es si sus enemigos  dicen la verdad, sino que los Negacionistas han quedado expuestos como personas sin credibilidad alguna, maquinadores de fraudes, o simplemente equivocados e  ignorantes.

Para ilustrar esta aserción, comienzo precisamente con  Harwood, cuyo verdadero nombre es Richard Verral, un historiador inglés, miembro de la racista y ultra derechista National Front. En su libro alega que la población judía antes dela segunda Guerra Mundial no sobrepasaba los dos millones. Eso no solo contradice los censos de la época, además difiere de las cifras que los alemanes manejaron durante la Conferencia de Wansee en relación a los judíos europeos (tanto en territorios ocupados como los de países neutrales) que debían exterminar.


Luego Harwood inventa un “memorándum” en el que Joseph Goebbels, Ministro de propaganda del Tercer Reich, habla de que la solución al problema judío será la deportación masiva  a Madagascar. Aunque antes de la invasión a la Unión Soviética, se flirteó con  posibilidades de establecer una nación aparte solo para los judíos, el tal memorándum no existe.
El Dr. Goebbels

Harwood vuelve a mentir cuando dice que informes de la Cruz Roja, tras visitar los campos de concentración atestiguan que los prisioneros eran bien tratados. Los representantes de la Cruz Roja declararon ante tribunales canadienses que esos informes se referían a visitas a los stalags (los campos de prisioneros militares aliados) y que la Cruz Roja nunca recibió permiso del gobierno alemán para visitar los Lagers, o sea los verdaderos campos de concentración

Harwood insiste en que no hay documentos Nazis que certifiquen la política de exterminio  de los judíos. Aparte de las minutas de Wansee, existen copias de discursos de Himmler aludiendo al hecho. Están también los diarios de Hans Frank, Gobernador General de la Polonia Ocupada, y el mismo Dr. Goebbels alude a esta política gubernamental en varias ocasiones en sus diarios. Por ejemplo, el 27 de marzo, de 1942 escribe “No quedará mucho de los judíos. Se puede decir que el 60% tendrá que ser liquidado, y solo un 40% podrá se usado para trabajos forzados”. Y el 14 de febrero  escribe “El Fuhrer ha vuelto a expresar su determinación inmisericorde de limpiar Europa de los judíos. …Los judíos se merecen la catástrofe que les espera”. (The Goebbels Diaries 1942-43)

Esta última cita certifica lo errados que están los Negacionistas que proclaman que Hitler no tenía idea de las estrategias genocidas de su gobierno. En Mein Kampf,  el Fuhrer ya decía que si se hubiera exterminado (con gas) a los judíos, los alemanes no hubieran perdido la guerra. En una entrevista en 1922, él declara que su primera medida al tomar el poder será la aniquilación de los judíos. Y en dos discursos en 1939, uno ante el Reichstag y otro en el Palacio de Deportes de Berlín, expresa que  el propósito de esa guerra será la aniquilación del pueblo judío.

Harwood es el Negacionista por excelencia. Su uso de ficciones y citas tergiversadas da por sentado que nadie va a ir a cotejar o investigar las supuestas fuentes. Ese es el gran problema de los Negacionistas: partir de la base que quienes van a creer en ellos son crédulos, incultos y perezosos. Es como cuando los antisemitas citan tratados del Talmud como prueba de falsas y ridículas leyes judías. EJ: “En el tratado Baba Yaga.99 se permite a los judíos violar rucias pechugonas arias”. No hay tal ley, no  existe tal volumen.  Baba Yaga es una bruja del folclore ruso.

Otro problema de los Negacionistas es que se contradicen mutuamente. Tomemos por ejemplo los hornos crematorios. Hay quienes dicen que los construyen los Aliados después de la guerra como parte de su “conspiración”. Hay otros que dicen que se usaban par quemar los cadáveres de las víctimas de epidemias. Aparentemente, los judíos eran tan piojentos y cochinos que portaban gérmenes que provocaron una serie de mortíferas pestes y esa es una explicación para la muerte o desaparición de la población judía europea. (Esa también es, según los Negacionistas, la razón por la cual se les tenía recluidos, para que no propagaran enfermedades).

Ruinas de cámara de gas y crematorio en Oswiecim (Wikipedia)

Pero les salen otros Negacionistas al paso y dicen que eso es inverosímil porque en tiempo de guerra, y con escasez de combustible, hubiera sido imposible quemar tantos cadáveres. ¿Entonces en qué quedamos? ¿Los judíos no eran piojentos? ¿Los crematorios no existieron? ¿No hubo epidemias? ¿Entonces por qué los tenían separados de la población? Después de cuatro días de leer todo lo que he encontrado sobre el tema estoy mareada con  tanta sinrazón, aseveraciones incoherentes y barbaridades.

Termino hablando un poco de la respuesta que ha recibido el Negacionismo. El mundo académico, en general, lo rechaza no por filo semitismo, sino  por la chapucería de los Negacionistas que no suelen utilizar las técnicas de investigación y las metodologías adecuadas. En muchos países de Europa, el Negacionismo es un delito penado por multas e incluso cárcel. No así en Estados Unidos donde oponerse a la publicación de textos negacionistas seria infringir el derecho a la libre expresión.

Para mi la más útil de las respuestas es la creación del Proyecto Nizkor, una pagina web dirigida por el canadiense Ken McVay, que no es judío, y que se especializa en enfrentar las afirmaciones negacionistas simplemente demostrando la falsedad o inexactitud de éstas. Lamentablemente, McVey y su proyecto no solo son atacados por negacionistas, Neo-Nazis y otros grupúsculos parecidos, además ha sido criticado por organizaciones como el Instituto Simon Wiesenthal por darles visibilidad a los que difunden estas ideas.

Hay muchos judíos que opinan que debatir las ideas del Negacionismo es legitimar sus pretensiones y darles tribuna, que la mejor manera de combatirlos es ignorarlos. Discrepo con esa actitud de avestruz. Primero, porque ignorar ideologías peligrosas no ha funcionado en el pasado. Segundo, porque aunque concuerdo (y con mucho asco) con Noam Chomsky que negar la existencia de cámaras de gas no es antisemitismo, sí es cierto que las ideas Negacionistas son utilizadas y difundidas por grupos juedeofobos o anti-Israel.

Yo no pretendo dialogar o debatir con los Negacionistas. Me queda muy poco tiempo en este mundo para perderlo. Pero si me dirijo al público neutral, a los muy crédulos o, al ignorante en el tema que pueden encontrarse con estas distorsiones históricas y hacerlas suyas. Nunca se queden con una sola versión, investiguen, lean, ejerciten su capacidad par deducir y para analizar.  No permitan que se les engañe, no solo con el Negacionismo, sino con cualquier distorsión ideológica o histórica.

sábado, 4 de junio de 2011

El Osito que Siempre Decía No: las políticas del Negacionismo

Cuando mi hermano era chico se inventó un personaje muy repelente llamado "El Osito que Siempre Decía ‘No’” que supuestamente vivía en su interior. En los momentos más inesperados, el engendro se manifestaba de la siguiente manera: siempre respondía “No.”Cualquier pregunta, cualquier intento de entablar conversación con mi hermano, inclusive antes de uno terminar una frase,  recibía el inaguantable “No”. Estas invasiones osunas  terminaban conmigo (siempre he sido de escasa paciencia) agarrando a mi hermano de las mechas y propinándole varios arañazos y mordiscos que efectivamente  exorcizaban al diabólico oso. Lamentablemente hoy en día, me es difícil aplicar esa drástica medida en contra de los nuevos “Ositos que siempre dicen No” o sea los Negacionistas.
El Osito que Siempre Decía "No" y su "exorcista"

Aunque "Negacionismo"  es un término que se aplica a cualquier estudio que distorsione el registro histórico, para los efectos de estos posts será usado para referirse a una escuela de revisionismo histórico que pretende negar (en su totalidad o en algunos aspectos) la existencia del Holocausto, o sea la exterminación premeditada de los judíos de Europa por parte de la Alemania Nazi.

El Negacionismo no solo rechaza toda documentación histórica que prueba la existencia del Holocausto (incluyendo los testimonios de afectados, perpetradores y testigos neutrales). Además acusa a todo el  “Mundo libre” de ser cómplice del mayor fraude de la historia, un fraude creado por los judíos y los Aliados.

Esta negación se manifiesta en  cuatro corrientes. Están los que dicen que Alemania nunca tuvo una política de exterminio en contra de los judíos. Están los que afirman que, aunque efectivamente muchos judíos murieron de privaciones en guetos,  nunca existieron las cámaras de gases. Están los que dicen que aunque efectivamente existió un Holocausto, fue a espaldas del Fuhrer e instigado en contra de los deseos y pretensiones de Hitler (¿??) Y por último , están los enamorados de las cifras que dicen que no hubo seis millones de victimas sino 5,997 y medio, o algún número tan vago como ése. Como yo odio las estadísticas, y los números no tienen significado para mi, voy a comenzar por este punto más engorroso.

Valga decir que en términos de tragedias humanas, hablar de millones de muertos, incluso de miles es ya una catástrofe. En Estados Unidos, en los estados en que existe, se aplica la pena capital al culpable de más de un asesinato. En el medio siglo en que tiranizó Cuba, Fidel debe haber ordenado y sancionado más de un millón de muertos. Nadie habla de eso, en cambio el “mundo civilizado” se horroriza por los 3,000 desaparecidos del nuestro Gobierno Militar. Lo que pasa es que no hay estadísticas oficiales de los crímenes castristas, pero si las hay sobre los 3,000 desaparecidos. Por eso ese número suena impresionante y terrible sobre todo sí se le repite constantemente.  

Pensemos que el Holocausto  en términos equitativos debe abarcar aparte de los 6 millones, a 3 millones de polacos (no judíos) , 6 millones de eslavos (encontré una fuente que dice que fueron mas, pero la estoy investigado),4 millones de prisioneros de guerra soviéticos, 800.000 gitanos, 200.000 alemanes arios de diversas edades que fueron exterminados por sufrir de enfermedades mentales, 200.000 masones,  y 500,000 Testigos de J. No se sabe todavía la cantidad de homosexuales ejecutados, pero 15,000, nada más que en Alemania, fueron enviados a campos de concentración. Agreguémosles no sé cuantos enemigos políticos, resistentes y disidentes religiosos y el número de victimas puede llegar a los 17 millones.  Así es que los Negacionistas tienen que vérselas con una cantidad de otros grupos y etnias que no son parte de “La Conspiración Judía”.
Minutas de la Conferencia de Wansee donde se elaboró la "Solución Final" al "Problema Judío". Según los Negacionistas toda esta documentación es falsificada (Wikipedia)


Pero volviendo a la cifra de  seis millones, se trata de un término genérico nacido  de una aproximación estadística (no de rituales cabalísticos como afirman algunos Negacionistas que arguyen el poder esotérico del 6). De los 7.3 millones de judíos residentes en la Europa ocupada por los Nazis, casi el 80% desapareció sin dejar rastros como si se hubiera abierto la tierra y se los  hubiera tragado el Reino de los Shedim. Los historiadores  tras discrepar y examinar fuentes y datos diversos terminan con figuras que oscilan ente 5 y 6 millones.

 Raúl Hilberg, dice que sumando judíos muertos en los campos de exterminio, guetos y los ejecutados al aire libre son 5.1 millones de víctimas. Otros historiadores lo contradicen porque se basa estrictamente en muertes puntuales y no admite variantes estadísticas. En cambio, Sir Martin Gilbert alcanza el número de 5,75 porque incluye los asesinados en territorios ocupados de la Unión Soviética. Lucy Dawidovitz llega a 5,934 basándose en  censos anteriores al conflicto.

Las fuentes que ayudan a calcular el número de muertos son diversas. Aparte de censos, estadísticas y otros estudios demográficos de la pre-guerra, está toda la documentación que dejaron los mismos Nazis. Fue Eichmann quien se ufanó de haber ayudado a exterminar a 6 millones de judíos, pero más allá de su bravata, están los expedientes y registros (incluyendo material fotográfico) cuidadosamente clasificado por el aparato de exterminio Nazi.

Fotografía tomada por un soldado alemán en el Frente Oriental que muestra la ejecución de una "criminal" judía que carga en brazos a un "peligroso disidente". (Wikipedia)
Hay quienes admiten esas variaciones demográficas, pero argumentan que seis millones es una exageración. Para jugar al abogado del diablo, and for agument´s sake, quedémonos en los 3 millones que, a propósito, no es una suma elegida por capricho. 3,000.000 de victimas  están registradas, con nombre y lugar de ejecución, en el banco de datos  de Yad Vashem en Jerusalén. Sin embargo, concordarán  en que no todas las victimas han podido ser identificadas. No se pueden identificar cenizas.

Además siempre me he preguntado qué criterio se utiliza para contabilizar las bajas ¿No  son también victimas de los Nazis los que se suicidaron, por miedo a muertes mas indignas, lentas y odiosas, como hicieron Walter Benjamin y Stefan Zweig? ¿Cuántos judíos no fueron victimas de los Nazis sin estos saber que lo eran? Me refiero a los que murieron escondidos bajo aliases de resistentes.  Enzo Sereni fue lanzado en paracaídas por el ejercito bitánico en la Italia ocupada por los alemanes. Estos lo arrestan y lo creen un oficial inglés.   Durante los interrogatorios se descubre su identidad y es enviado a Dachau donde es ejecutado, pero si lo hubieran matado en el momento de su captura los reportes alemanes lo hubieran descrito como un oficial aliado no como otro judío italiano.
Estampilla israelí conmemorando a Enzo Sereni

Y eso lleva a otra pregunta ¿Son los resistentes judíos ejecutados por su actividad anti-Nazi víctimas del Holocausto?  Al menos los Nazis los veían antes que todo como judíos. Szmul “Titi” Tyzselman uno de los primeros de los fusilados, por actividades “terroristas” en la Francia Ocupada era comunista y resistente, pero en el cartel que los alemanes pegan en las paredes de París se lee claramente “Der Jude” (el judío).

Pero sigamos con los confortables 3,000.000 Ya no son tan insignificantes si contamos que 1.5  de esas victimas eran niños menores de doce años y que una cuarta parte eran viejos y mujeres, muchas embarazadas, cuyo único crimen era pertenecer a un pueblo proscrito (porque saben hacer plata, porque se casan entre si y otros crímenes semejantes). Los Negacionistas que argumentan que en los campos de concentración solo había criminales, disidentes y terroristas no explican qué hacían los niños allí. (Hablando de la población “delincuente” de los Lagers, ¿caen entre ellos San Maximilian Kolbe, asesinado en Auschwitz, y la princesa Mafalda de Saboya, hija del Rey de Italia, muerta en Buchenwald?)
Más allá de cifras abstractas, la tragedia del Holocausto conlleva una pérdida que sobrepasa la humana. Toda la cultura yiddish de la Europa Oriental desapareció. Pueblos enteros judíos (shetls) fueron exterminados. Raphael Patai ha escrito un libro precioso  muy conmovedor “The Vanished Worlds of Jewry” (Los mundos desaparecidos de los judíos) que muestra con fotografías, toda la rica cultura artística, comercial, religiosa   e intelectual de las comunidades judías de la Europa Oriental pre-Shoah. Todas aniquiladas.

Los Negacionistas tienen una respuesta genial para esta desaparición que los identifica como Ositos que decían no. “NO, NO fueron asesinados los miembros de estas comunidades. Se fueron a la Unión Soviética huyendo de los Nazis y allá se hicieron comunistas y se asimilaron con la sociedad soviética”. Quisiera evitar burlarme de los Negacionistas, porque el sarcasmo y la ridiculización son sus armas favoritas, pero es imposible. ¿Cómo se puede llegar a tamaña simpleza?

Además que se olvidan de otra desgracia cultural que me afecta un poco más de cerca. La desaparición  de las comunidades sefarditas del Mediterráneo y de Los Balcanes de donde proviene la mayoría de mi familia materna.  ¿También se fueron a la Unión Soviética  o los secuestraron los alienígenos?

El ladino, el español arcaico que hablaban los sefarditas  se ha vuelto una lengua semi muerta, mantenida solo por académicos. Estamos hablando de las comunidades judías más antiguas de Europa constituidas antes de la Era Cristiana. La inmensa comunidad judía de Salónica (53,000 de acuerdo al censo que tomaron los Nazis en 1943) quedó reducida a un puñado (1,500 judíos de acuerdo al censo del 2000). Esa comunidad de la que salió el abuelo de Sarkozy, la que proveía al puerto de estibadores y marineros, y por lo tanto se cerraba la actividad portuaria los sábados, ya no existe. Tanto así que cuando conocí a una judía griega, hace años en mi sinagoga, tuve ganas de tocarla como si fuera una pieza arqueológica. (Continuará)