jueves, 29 de julio de 2010

Chile me duele...y Piñera también




Me vinieron con quejas de que escribo mucho sobre España y poco de Chile. En realidad, escribo sobre cosas que son temas universales y utilizo ejemplos españoles porque están más a la mano, como he usado ejemplos argentinos y gringos. Todos formamos parte de una sociedad denominada Occidental. Pero es cierto que comento poco lo que pasa en Chile, y no es porque me importe poco. Al verrez, amigos. Es que Chile me duele mucho, y en un ovario, donde nos duele más a las mujeres.


Voté por Sebastián Piñera Echenique con reservas, porque era un mal menor, porque era necesario acabar con la tiranía del la Concerta, pero no tenía grandes esperanzas. En eso, ni él ni su ministros me han defraudado. Pero aparte de ser cínica, reconozco que hay atenuantes en su caso.


A mí (a Piñera más) me han sorprendido los tres metros y medio de mier.. que le dejó el gobierno Bacheletista para que vadeara antes de llegar a La Moneda. Yo sé que todavía encuentran por allá cañerías obstruidas por materia fecal, vomito debajo de la alfombra, ratones muertos en los cajones del escritorio. Así es como opera la Izquierda, Señores.


También la Naturaleza (o esa maquina-crea -terremotos de los rusos) nos atacó mandándonos el segundo sismo más grande de nuestra historia. No se le puede pedir mucho al Presidente si diariamente tiene que enfrentarse con la cag....de la Concerta, de la naturaleza y una campaña mediática que se burla y critica hasta el color de su parca.


Por eso no escribo de Chile. Porque no voy a ser eco de esa campaña, porque carezco de la estatura moral de Don Hermógenes Pérez de Arce para decir que soy oposición al gobierno, porque no tengo la mezquindad de Andresito Allamand de zapatearle encima al Presi nada más porque Tatán no le dio un ministerio al Perla.


También me irrita la ingenuidad de ciertos sectores de nuestra Derecha. ¿De veras, creyeron que Piñera indultaría a los militares? Él nunca ha hecho ninguna declaración que lo asocie de manera positiva con el Gobierno Militar. Él siempre ha estado de las mechas con la UDI, si puso a Lavín en el Ministerio de Educación era porque se trataba del sitio más peligroso y difícil del gabinete. Que Lavín haya dado la talla, es porque... ¡Grande Lavín!


Dicho eso, no niego que Tatán hubiera tenido un gran gesto, sin descontar una hábil maniobra política, si hubiera indultado a algunos militares. Nadie dice a todos. Sólo algunos. Unos cinco, los más viejitos, los enfermos. Eso es lo que se hace en los indultos ¿Me equivoco? ¿Acaso De Gaulle no evitó la pena de muerte de Pétain? ¿Pero Violante, cómo comparas a Piñera con De Gaulle?


Si el Presi lo hubiera hecho, hubiera sentado un precedente interesante y hubiese demostrado que no solo es contreras cuando le conviene. Recursos legales a los que aferrarse le sobraban. Como soy una ignorante en leyes, permito que otros más sabios, como Don Hermógenes, lo expliquen mejor.



Tatán tenía el apoyo de la Iglesia. Tenía el apoyo de las leyes. ¿De qué tuvo miedo? ¿O realmente sí le tiene fastidio a todo lo que huela a pinochetismo? ¡Qué pena Tatán, porque la Izquierda siempre te va a asociar con el Tata, te guste o no! ¡Qué pena, Tatán, porque la derecha pinochetista te votó!


La izquierda decía”arriesga mucho si indulta”. ¿Qué arriesgaría? ¿Qué le vaciaran otra pelela encima? ¡Por favor! Otros idiotas llamaban al indulto “una propuesta clasista”. ¿Qué tienen que ver las clases con eso, si Providencia, Chicureo, Alto Las Condes y hasta La Dehesa son reductos de nuevos ricos concertacionistas? Y muchos milicos son más pobres que los políticos de Izquierda.


¿Y de qué le sirvió a Pirañita el haber ejercido su derecho a no ser misericordioso? Según la ultima encuesta ,solo un 47% del país está contento con su gestión, y esto después que dijo que no concedería el perdón.


Por otro lado, hablemos de moral cristiana de la que cacarea siempre el Presi. ( Y qué vergüenza que tenga que recordárselo una judía). Un indulto es un acto de misericordia, aún con quien no la tuvo. Lindo seria que se perdonara solo a los buenos y caritativos. Si fuera por eso, no se indultaría a nadie, porque aunque la justicia en Chile sea injusta, el 80% de los criminales merecen estar en la cárcel.Entonces la izquierda sale con un “hay que abolir los indultos”, pero se quedaron piola cuando en el Jubileo del 2000, Ricardito indultó a varios maleantes.


No, si con esas noticias, Chile me duele. Me duele Piñera que sigue creyendo que Chile es una empresa donde no se valen las emociones. Me duele que tenga ministros tan pencas (salvo Lavín y quizás Ravinet) y que no pueda cambiarlos porque ha enajenado a la Derecha ,y la DC a la que tantas reverencias le ha hecho, no lo quiere tocar ni con un rastrillo. Y cada vez estamos peor, seguimos sin recuperarnos del terremoto, se corta la luz a cada rato, la verdura está más cara, y la gente más choreada, o más tonta. Y así vamos a cumplir un año del V Gobierno de la Concertación.


Mish, al final hice lo que no quería. Hablé mal de Piraña y de su gobierno.

martes, 27 de julio de 2010

¿Es posible derogar una ley "progre"



¿Por qué a los españoles no les cae bien Manuel Fraga? A mi me parece un viejito tan simpático. Pero veo que cada vez que el caballero abre la boca la toman con él. Como ha ocurrido ahora con su declaración anti-aborto que vino acompañada de una semi promesa electoral de que si gana el PP, no se derogan leyes, pero se tratará de evitar el abuso de las vigentes. ¿Pero realmente es posible invalidar una ley “progre”?

Lo que ha causado roncha esta semana es que Fraga tras calificar a la Ley de aborto como “grosería política” dijo “No soy partidario de derogar esas leyes, pero si de hacer un estudio de cada una de ellas para que o se pueda abusar”.

Esto ha sido tomado, y no muy erróneamente, como una línea del Partido. O sea, gana el PP y sigue todo igual. ¿Pues, no es así siempre? En Chile, llevamos cuatro meses de cambio de gobierno y no se nota por ningún lado. No le echo la culpa a Piñera y sus 7 Ministros que están ocupadísimos descubriendo la mier…que les dejó la Concertación, que antes de irse taparon todos los inodoros de La Moneda.

El PP no es un partido revolucionario, es un partido de Centro-Derecha, más o menos como Renovación Nacional en Chile. Habrá en el algún espíritu tradicionalista, alguna buen alma conservadora, pero en general es un partido para “progres” moderados, y como todos esos partidos necesita de un electorado que abarque a gays templados y a damas que en su lista de anticonceptivos incluyen el aborto.

Eso es algo que aprendí en el Imperio, lo primero no es la línea partidista, ni los ideales. Lo primero es el votante. Recuerdo una vez que Bush padre anunció que no le gustaba el brócoli. Los Republicanos se agarraban la cabeza a dos manos. ¡Los cultivadores de brócoli y el sector agrario ya no votarían por un presidente que despreciaba su verdura!

Lamentablemente, las leyes “progres” sólo se suprimen después de movimientos violentos. Perón les dio el divorcio a las argentinas, los Gobiernos militares se lo quitaron. La Republica barrió con las leyes monárquicas. El Caudillo barrió con las leyes republicanas. Entre la transición y el Reinado de Zapatero I, se ha barrido con las leyes de Franco.

Sin embargo, hay casos de derogación o cambios legales sin haber revueltas de por medio. En California se permitió el matrimonio gay en junio del 2008, y se prohibió en noviembre del mismo año. En Israel se aprobó una ley de aborto en 1977. Entre las razones para permitir el aborto estaba la imposibilidad económica de la madre para mantener un hijo. En 1980, por presiones de partidos Ortodoxos, se derogó esa clausula. No recuerdo otros ejemplos de leyes controversiales que hayan sido borradas de códigos legales occidentales.

Para la mayoría de los políticos, y de sus votantes "moderados", anular una ley que implica progreso tiene connotaciones emocionalmente negativas. Da la impresión de que se marcha atrás, y se vuelve al oscurantismo. Esa es la razón real por la cual ningún partido que quiera parecer medianamente moderno, puede siquiera pensar en abolir legislaciones que a muchos nos resultan aberrantes.

Tal vez Fraga, tenga razón y una solución sea modificar las leyes, crear nuevas clausulas que eviten su desmesura. Por otro lado, es cada vez más imperativo que los países que todavía no tienen esas leyes tan drásticas, luchen para que no se aprueben, ya que mas fácil es despegar una garrapata de la piel de un perro lanudo que quitar leyes “progres” de los códigos.

lunes, 26 de julio de 2010

Inventos futuros que ya están aqui



A veces me pregunto porque escribo fantasía, si toda magia queda obsoleta ante los avances científicos. La ciencia todo lo hace o lo hará todo posible. Esta mañana, leyendo una nota de ABC (que a veces tiene artículos que son la chantería misma) sobre los inventos de un futuro cercano, me desilusionaba pensar que pronto no habrá nada imposible y que lo más triste es que cada día los humanos son más poderosos y más malos.

Después me tranquilicé. Los científicos son como los políticos, mucho prometen y luego no cumplen. Al final, terminan consolándonos con inventos obtusos como (leo en otra nota de ABC) un medidor para que una pareja sepa cuando se nos acerca la regla. Los felicito, pero creo que puede ser muy inútil para quienes tengan mujeres como servidora que de moza sufría de una irregularidad eterna en su ciclo menstrual.
Además que la mayoría de los inventos prometidos ya existen, pero no están al alcance del ciudadano pedestre y mucho menos del científico chambón. Como diría Sainte-Exupery, "lo esencial es invisible para los ojos".

El artículo, que lleva por título “lo que Uri Geller nunca se imaginó”, inicia presentando un termino rimbombante: “interfaces informáticas cerebrales”. En términos simples, comunicaciones telepáticas a larga distancia. ¿Qué hay de nuevo? Tal vez Uri Geller no pudo imaginarse lo de las interfaces, pero seguramente sus tatarabuelos, en algún pueblo perdido entre Polonia y Rusia, sabrían de gente que se comunicaba con el pensamiento, que se encontraba con amigos en un plano astral y conocería su pareja ideal en sueños.

Tengo una amiga irlandesa (estos celtas están llenos de secretos) que de joven, antes de tomar el tren de la universidad a su casa, le enviaba un mensaje telepático a su madre para que ésta supiera a que hora esperarla con la cena. Inclusive, le hacía saber lo que quería comer. Se ahorraba mucho en telefonía con ese don.

Esa es la diferencia con los cacareados inventos. Los dones mágicos o milagrosos no cuestan nada. Los inventos científicos cuestan una millonada. Qué más quisiera yo que una computadora manejada por mi cerebro en vez de estas manos a las que ha de paralizar la artritis (ya tengo un hueso salido en la muñeca derecha), pero si ya gasto lo que no tengo tratando de mantener mi equipo libre de troyanos...

Por eso continúo escribiendo fantasía, y rezo y sueño con que la publiquen (Ese seria un gran invento, una maquinita para auto publicarse y auto mercadearse gratis). La gran diferencia entre ciencia ficción y fantasía es que la primera ofrece algo que puede ser posible en un futuro cercano, y la otra describe lo que ya existe, pero sólo los muy afortunados o muy virtuosos pueden conocer.

viernes, 23 de julio de 2010

Otro episodio de la saga de las Peques Obama que ya desearían ser “Las Dos Huerfanitas”




El habilidoso Presi sale en una entrevista a contar cómo fue su vida cuando era un pobretón sin privilegios y de cómo también lo afectan a él y a su familia los vaivenes económicos (yeah right!). Luego, habló de cómo les enseña sus hijas a ahorrar, y a cuidar de sus cuentas bancarias. Y después dicen que los judíos somos los que andamos preocupados de los ochavos y de cómo ahorrar, invertir y ganar el vil metal. Finalmente, añadió que las niñas ya están en edad de ganarse sus dólares. A lo mejor ahí se ganan su derecho a postre.

Lo extraordinario es que el híbrido Obama (¿Es cierto que un famoso periodista ibero lo llama así?) quiere poner a trabajar a sus nenas de sólo 12 y 9 añitos, como babysitters. O sea las quiere convertir en unas “Mammies” como la de Lo que el viento se llevó. Valga el estereotipo, pero Obama parece el amo del Tío Tom.

¿Además, quién le va a encargar su bebé a una nenita de 9 años? Yo comencé a trabajar a los 15, pero nunca hice “babysitting” porque mi madre lo consideraba muy riesgoso. Además, y esto no es leyenda urbana (lo escuché de amigas y alumnas que practicaban esa labor) era muy común que la BS terminará acostándose o siendo acosada sexualmente por el padre de los críos que cuidaba. En estos tiempos, y como están las cosas en la “high-life” de Washington donde esperamos que encuentren empleo estas criaturas, yo no dejaría a mis hijas solas en casa de extraños por muy senadores que sean.

Obviamente, este cuento de las niñas-nanas es tan ficticio como la promesa del perrito que hizo Obama durante su candidatura, pero da vergüenza ajena que un hombre que dirige la nación más poderosa del mundo, siga utilizando a sus hijas para hacerse publicidad, que no resulta nada positiva. Preferible que las monte en una carroza y las mande a hacerle campaña en el próximo Desfile de Orgullo Gay, como hacen los mandatarios en otras naciones civilizadas.

jueves, 22 de julio de 2010

Redes anti-sociales



Ayer, Mark Zukerberger anunciaba que su famoso y sobrestimado Facebook había alcanzado 500.000 millones de usuarios. Sin embargo, no fue una ocasión de alborozo para Zukerberger puesto que un estudio indicó que FB tenía niveles muy bajos de satisfacción, ya que sólo el 64% de sus afiliados estaba contento con sus servicios.

No me sorprende. Yo poseo dos cuentas de Facebook y no sé cual es más inútil. Las razones para la insatisfacción de los consumidores de la red social varían desde el disgusto ante constantes cambios que más que beneficiar confunden, hasta los omnipresentes riesgos de la privacidad.

Mark Zukerberger dijo, en alguna ocasión, que la privacidad había muerto y mas valía que la gente se acostumbrase a eso. Por ese tipo de slogans totalitarios, Don Mark debería ser colgado de un globo como han hecho unos rusos brutos con un pobre burrito. Ahora, se quedará mascando la noción de que la privacidad no ha muerto y que sus usuarios la desean y necesitan.

Las tan cacareadas redes sociales son en realidad bastante inoperantes y sólo satisfacen las necesidades de un cuarto de la población universal, precisamente la más ociosa. Yo soy la primera en valorar la Internet que me permite trabajar en casa, y comunicarme con parientes y amigos del otro lado del globo terráqueo, pero como fuente de esparcimiento, sigo prefiriendo la tele aunque este cada vez mas mala; como fuente de información, sigo prefiriendo los libros, y como espacio para crear o desarrollar amistades, vaya, cualquiera es mejor que las famosas redes sociales.

Yo entré al mundo virtual a fines de los 90’s y, con la excepción del sexo virtual, he experimentado casi todos sus mecanismos para fomentar las comunicaciones humanas. Me encantan los servicios de correo en los que yo sigo escribiendo largas epístolas y que todavía considero el mejor medio de comunicación ente personas a las que une algún afecto. Los chats los abandoné muy rápido tras experiencias soporíferas en las que abundaban los largos silencios.

Los servicios de mensajería instantánea me han servido para perder amistades y para que se descubra que soy la reina de las faltas de ortografía. Cuando se escribe rápido se terminan cometiendo errores ortográficos que permiten las mayores tergiversaciones de significado. Aparte que es un medio muy frio, que carece de la cercanía de una carta o la calidez de la conversación cara a cara o vía telefónica.

En una época, fui asidua a los foros, que hasta la invasión de Irak, eran sitios bastante conducentes a crear amistades y a intercambiar información. Hoy, son focos de propagandas maliciosas y de desinformación, aparte de servirles de guarida a los trolls y ser un excelente espacio para monologar burradas amparadas por un nick anónimo. Es que aunque le moleste al señor Zukerberger, para hacer el ridículo es necesario mantener el anonimato, y eso exige cierta privacidad.

A My Space nunca la toqué. Supusé que era estrictamente un hábitat para adolescentes perezosos de mente, cuerpo e intestino, que se sentaban a perder el tiempo, subiendo de peso y comunicándose con pedófilos y otros felones. No me sorprende que, en el estudio de marras, My Space haya sacado peor nota que Facebook.

Los blogs me encantan, pero no hay tanto intercambio personal como lo había en los antiguos foros. Por eso acepté unirme a la gran comunidad Facebook. Mis amigos me lo elogiaban tanto. ”Ya verás la de contactos útiles que vas a hacer”, “excelente plataforma para que te hagas conocida”, “no sabes la cantidad de oportunidades laborales que vas a encontrar”, “podrás reencontrarte con amigos perdidos”, etc., etc.

¡Que esperanza! Mis amigos perdidos siguieron estándolo, porque eran demasiado inteligentes para darse de alta en Facebook. No encontré ninguna oportunidad laboral. En cambio, comencé a crear una longeva lista de “amigos” compuesta por gente con la que me comunico mejor vía e-mail o teléfono, gente a la que había perdido la pista por alguna razón válida que olvidé al momento de incluirlos en mi lista y que reapareció muy rápido. Lo concreto es que tenía “amigos” que no lo eran, perfectos desconocidos que agregué solo porque me lo solicitaban y que no tenían ningún interés en mí.

Es una dinámica inconcebible. La gente de FB tiene una sola meta, sumar más nombres a su lista con el único propósito de tener más espacios donde fisgonear, muros y álbumes de fotografías de perfectos desconocidos. Es el colmo del voyerismo.

Lamentablemente, la experiencia FB no para ahí. Al poco tiempo, yo había reunido a una variada fauna que abarcaba a feministas, gays, fachas y rojiprogres. Pronto me llovieron las críticas. “¿Cómo puedes ser amiga de ese fascista? “¿Viste lo que escribió tu “amiguita” la Roja”? Terminé cerrando mi muro y mi lista de amigos. No cerré la cuenta porque dicen que es imposible, pero ahí están mis cuentas mas abandonadas que viejo en asilo, cubriéndose de polvo porque no me interesa mantenerlas. Me son inútiles.

De Twitter ni hablo. Entré por cuestiones de trabajo y lo encontré un sitio enredado y absurdo. Su subtitulo debería ser “cómo decir disparates en menos de 200 palabras.

No soy totalmente enemiga de las redes sociales. Moriría sin Wikipedia o YouTube. No me sorprende que en el estudio estén a la cabeza de las redes sociales. Pero debo confesar que voy ahí en busca de información, no de calor humano.

Me pregunto cuántos de esos 500 millones de usuarios realmente usan, disfrutan o se benefician de Facebook. Y ese 64% que está contento, ¿de qué está tan satisfecho? ¿De poder fisgar en la vida ajena? ¿De subir fotos para que desconocidos invadan su vida privada? Es el colmo del narcisismo. Tengo una amiga que se pasa la mañana revisando lo que otros postean en sus muros, y otra que se queja de su trabajo en su muro a través de monólogos incompresibles. Ni que decir de los adultos que se la pasan jugando como niños chiquitos a encontrar animales en una granja. Con lo cara que están la electricidad y las cuentas de banda ancha ¿cómo se puede perder el tiempo exponiendo la ridiculez de la propia mediocridad, o espiando a ver cómo lo hacen los demás?

miércoles, 21 de julio de 2010

Don Pío y sus controversias "moanas"



He seguido con mucho interés el debate, en Libertad Digital, originado por las posturas de Pío Moa sobre el homosexualismo. Originalmente, escribí una larga entrada, y eso cuando el debate estaba recién comenzando. Después la borré porque no es mi intención convertir este blog en una plataforma anti gay, cuando hay otros temas que me son mas importantes.

Sin embargo, quise abrir una entrada para poder guardar los vínculos a esta discusión tan entretenida, tan divertida, tan singular y tan reveladora, porque me imagino que muchos nos hemos cuestionado al leer al historiador gallego al igual que a sus detractores.

Me queda en claro que Don Pío no teme expresar su opinión, lo que nos escandaliza a los que no movemos ni un pie sin preguntarnos si vamos a infringir lo políticamente correcto. O sea, nadie se atevería hoy en día a calificarse abiertamente como homófobo, ya hay tantos que nos aplican ese epítetos a los que no lo somos.

Esta fue lo que dio origen a la polémica

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/soy-homofobo-naturalmente-asesinatos-en-masa-6642/

Esta fue la reacción de Esplugas. (Bastante tontorrona)

http://www.libertaddigital.com/opinion/albert-esplugas-boter/la-desgracia-del-homosexual-55573/

Don Pío no se queda callado

http://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/mas-sobre-homosexualidad-y-homosexualismo-55598/

El comentario de José María Marco, totalmente anodino

http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-maria-marco/homofobos-en-libertad-55526/

Y esta es la de Jiménez Losantos, que me ha dejado incómoda, porque concuerdo en algunas cosas con él.

http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/homosexualismo-normalismo-y-otras-palabraspolicia-en-libertad-digital-6669/

Moa se apura en responderle

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/de-normalidades-desgracias-cojos-y-homosexuales-6673/

Y nueva respuesta de FJL

http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/normalidades-homosexualidades-y-heterosexualidades-6679/

Y Don Pío no se agota ni se achica

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/equivalencia-entre-homosexualidad-y-heterosexualidad-6676/

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/homosexualismo-esclavitud-juan-pablo-ii-y-la-castidad-6684/

Se ha comentado mucho en los blogs liberales y agrego las respuestas mas interesantes aun con las que discrepo totalmente como ésta

http://fanfatal.blogsome.com/2010/07/20/la-homofobia-recalcitrante-de-pio-moa/

http://www.outono.net/elentir/?p=24015#117921

http://economiaaustriaca.blogspot.com/2010/07/el-extrano-caso-del-hombre-bilocado.html

Lo último es que me entero que en Facebook ya se ha creado un grupo de "anti-moanos". ¿Qué se puede esperar de esas tripa virtual hinchada de ya-saben-que?

http://elprincipe.redliberal.com/014486.html

viernes, 16 de julio de 2010

Leyes "progres" y un matrimonio a la antigua



Una ironía de los Kirchner es que su unidad política demuestra la fortaleza de la unión heterosexual “a la antigua”. El pueblo elige a la mujer, y manda el marido. Nada más tradicional. Ella es más bonita por lo que luce mejor en los medios, pero el que maneja casa, país y plata sigue siendo Néstor. Son un matrimonio unido por intereses comunes, como los que se concertaban en el Siglo XIX.

¿Se querrán? Al menos tienen una buena vida sexual. Por algo, Cristina dijo que comer cerdo era mejor que el Viagra, y que eso lo sabía por experiencia propia. Le dará sus buenas chuletas al marido. Y sin embargo, este matrimonio, ejemplo de la armonía conyugal hetero, ha permitido que en su país se legalicen las bodas gay.

Me pregunto si tal medida se habría tomado si los Señores K. de veras quisieran a su pueblo y si el pueblo estuviera contento con los señores K. y su gobierno. Esta medida es una cortina de humo para distraer a la opinión pública de la pésima gestión de la clase gobernante. El viejo recurso de dar pan y circo.

Parte del circo es esa sensación que crean los que apoyan estas leyes y sueñan con verlas nacer en toda América Latina. Pareciera quela mitad de los argentinos fueran gays y que vivieran oprimidos por no poder llamar a la pareja “cónyuge”. Conozco gente en Chile que habla de que si tuviéramos una ley parecida seríamos una nación “democrática y civilizada”.

No puedo evitar en pensar en otros derechos que grandes naciones democráticas y civilizadas niegan a su gente como el derecho a llevar una vida digna y segura; a circular por las calles sin temor a la delincuencia; a ir a la escuela sin temor a profesores incompetentes, y a compañeros que practican el “bullying”; a poder postular a un empleo sin que lo discriminen por su aspecto físico; a poder solicitar un préstamo sin temor a ser estafado; a poder ir a un médico y saber que no terminará en la ruina y más enfermo que antes de pisar un consultorio.

Esos son derechos que beneficiarían a todos, sin importar con quien se acuesten. Pero las leyes que ampararían esos derechos no están en la agenda de Néstor y Cristina, un matrimonio a la antigua, que privilegia las ideas “progres”.

¿Quién quiere padres como estos?



Michelle Obama pretende pasar a la historia como “La Primera Dama que derrotó a la obesidad infantil”. En conferencia, la Señora Obama anuncia que sus niñas beben agua pura de manantial y que en su mesa no se consume postre. Con razón, Obama anda con cara de toronja agria. ¡El pobre necesita de un dulcecito!


Según la Señora Obama, sus hijas saben que comer algo dulce es un derecho que deben ganarse. Por lo tanto el postre no es una de esas facultades innegables que según la Constitución Gringa son privilegio de todo ser humano. ¿Cómo se gana entonces el derecho al postre? Se me ocurre una cantidad de chistes picantes al respecto.


Una de las 50 cosas insufribles de los Obama es esa necesidad de usar a sus hijas como muestra de un estilo de vida que quisieran imponer en todo hogar americano. Cuando llegó a la Casa Blanca, Obama se ufanó que les había dicho a las peques que tendrían que seguir haciendo sus camas y nada de andar molestando a los sirvientes. Como si los empleados de la Casa Blanca fueran adornos y no estuvieran ahí para ganarse la vida. O sea, Obama prefiere poner a sus hijas a trabajar antes de generar empleos. Es un explotador.


Luego, cuando Washington estaba sofocado por la nieve y se habían cerrado las escuelas, Obama muy socarrón, regañó a los washingtonianos por ser unos alfeñiques que a la primera nevada se guarecían en sus casas como marmotas en su guarida. En cambio, las fornidas niñas Obama, acostumbradas a transitar en medio de las ventiscas de Chicago, iban a la escuela aunque tuvieran que cavar un túnel en la nieve. Es que así se fortalece a la raza.


En resumen, las hijas del presidente tienen que limpiar sus baños, enfrentarse a los elementos, viven a un régimen espartano de pan y agua, y no conocen el consuelo de un buen postre. ¡Pobrecitas! Los niños gringos que las ven, no las admiran ni las toman de ejemplo. Seguramente, agradecen al Cielo que sus padres no sean como este Presidente Nazi. Muy equivocada esta la primera Dama si cree que los americanos imitarán su conducta. A lo sumo, la tildaran de dictadora y mala madre.

martes, 13 de julio de 2010

Cambiar de opinión es de sabios: tambalea mi postura ante el aborto.



Debo confesar que siempre creí que el aborto, en determinados casos, era una opción legítima y un derecho de la mujer que debía ser legalizado. Agrego sí, que nunca dudé que, aunque legitimo, se trataba de un asesinato, necesario, pero asesinato. Como son asesinatos necesarios matar en tiempos de guerra y la pena capital.

De joven, en un país, un estado y una ciudad que me permitía abortar gratis, aun siendo menor de edad, aun sin avisar a mis padres, yo creía que una única razón me llevaría a abortar: una violación. Juramos una vez, con mi mejor amiga que si quedáramos en estado debido a una agresión sexual, abortaríamos. Sin decirle a nadie, sin pedir ayuda ni apoyo ni consuelo. Ese sería nuestro “castigo” porque ambas estábamos claras que abortar era un asesinato.

Por suerte, la vida no nos obligó a cumplir tan dramático juramento, pero he conocido mujeres violadas que siguen adelante con sus embarazos y algunas que incluso crían y quieren al producto de ultraje, demostrando que el instinto maternal de las bestias prevalece aun en esa especie sofisticada de animal bípedo llamado humano. Pero de esas mujeres no se habla, porque para promover su agenda, los pro-aborto necesitan escudarse tras algunas excusas “lógicas” como que ninguna violada debe ser obligada a traer al mundo a su criatura.

La excusa mas antigua para el aborto es la salud de la madre. El Talmud dicta que si el feto pone en peligro la vida de la madre, es lícito abortar. Por eso, Rashi, uno de nuestros sabios más grandes, dictaminó que la vida del niño comienza únicamente en el momento de nacer, contradiciendo así lo que decía el Talmud de que el alma entra al cuerpo (y desde entonces ya se puede hablar del feto como ser vivo) a los cuarenta días de gestación. Por otro lado, tanto el Talmud como sus comentaristas posteriores, dictaminaron que provocar un aborto, vía actos de violencia, era equiparable a homicidio. Son esas ambigüedades talmúdicas las que permiten que el aborto sea legal en Israel.

La mayoría de los países civilizados comenzaron permitiendo el aborto con limitaciones. Sólo se podía abortar en los primeros tres meses de embarazo, se permitía el aborto en casos de violación, incesto, defectos congénitos o si peligraba la vida de la madre. Con esa relajación de leyes que impera en nuestra sociedad Occidental, el cuento de la “salud de la madre” se fue expandiendo hasta llegar a incluir “daños sicológicos y emocionales” que el embarazo puede provocar. Una idea aberrante, ejemplarizada por un caso que lei de una estrella del rodeo gringa que estando casada se había embarazado de común acuerdo con su marido. Todo iba bien, hasta que en el séptimo mes descubrió que por razones terapéuticas tendría que dejar de montar, esto le provocó una depresión tal que su ginecólogo recomendó que abortase, algo que hizo con ayuda del infamoso, y ya difunto, Dr. Tiller.

Esto tengo que compararlo con el caso de un chico estupendo, hijo adoptivo de una gran amiga mía. Su madre biológica sufría de paranoia, pero se rehusó a tomar medicamentos que afectasen al feto durante el embarazo. Esta mujer, aun en medio de su enfermedad mental, aun consciente que debería ceder a su hijo en adopción, anteponía la salud del niño a su propia salud.

Lamentablemente, las niñas de hoy saben desde chiquitas que el aborto es un derecho que toda mujer tiene. Tan orgullosas están de ejercer su derecho que lo convierten en una forma de anticonceptivo. Yo tengo una amiga que es abogado y que es bastante descuidada con sus métodos contraceptivos. “Total,” dice con desparpajo, “para eso está el aborto”.

Tanta propaganda ha convertido al aborto en una panacea ilusoria, por lo que otras alternativas ni son exploradas. La castidad es imposible, los anticonceptivos son poco confiables, dañinos para la salud y engorrosos. Con esa mentalidad, se producen millones de embarazos no deseados para los que la única solución es la interrupción quirúrgica. Muchas embarazadas no se sienten listas para asumir las obligaciones de la maternidad. ¿Y quién quiere pasarse nueve meses con sobrepeso, hemorroides, y algo pateándole la panza?. Todo para, después de sobrevivir a la pesadilla de un parto, regalar al crio a D-s vaya a saber quién. Mejor el aborto que es un método rápido, pulcro, terapéutico.

Lo que no cuentan los amigos del aborto es que no todas esas operaciones son tan simples y cómodas. Los médicos insisten en que hablar de riesgos en un aborto es una perogrullada. ¿Pero quién les cree a los médicos? Toda operación, hasta una sencilla lipo, implica riesgos y puede dejar secuelas físicas. Pero en el caso del aborto, es tabú hablar de desgarros cervicales, hemorragias y aumento de posibilidades de cánceres y embarazos ectópicos. Para qué decir de secuelas emocionales que van desde disfuncionalidad sexual hasta alcoholismo.

lunes, 12 de julio de 2010

Cosas de lunes



Murió Olga la grande y con ella se fue el secreto de como compartir lo más íntimo en una canción.

http://www.youtube.com/watch?v=FJi7kKSAGG4


Fidel Castro, que de monstruo pasó a viejo senil, despertó de su letargo a lo Rip van Winkle y fue a un programa de televisión. ¿De qué habló Su Excelencia? Del Medio Oriente y de una inminente guerra. Ahora se nos metió a pitoniso El Comandante. ¿Querrá quitarle la pega al Pulpo Paul?

Carlos Larraín, Presidente de Renovación Nacional, dijo que a Mi Gorda Bella tenían que defenderla sus ministros, porque era mujer y las mujeres eran débiles. Por supuesto toda la Concerta y sus secuaces, lo persiguieron con vuvuzelas. Yo agregaría algo a lo dicho por Don Carlos. Las mujeres en posición de poder son débiles, porque se las critica más y se las critica por w—as. Por como se visten, por con quien salen, por su peso, por expresar emociones. Los mismos que ahora quisieran lapidar, en la mejor tradición iraní, a Larraín, deberían recordar los comentarios venenosos que emitieron en contra de la Jackie van Rysselberger, después del terremoto. De histérica neurótica no la bajaron, y hablamos de la alcaldesa de la zona más afectada por el terremoto, y que lo único que hizo fue pedir ayuda de un gobierno dirigido por mujeres…débiles.

viernes, 9 de julio de 2010

Entre el liberalismo y el conservadurismo ¿Dónde cabe Violante?




Hace unos días, una amiga me preguntó: “¿Bueno, y de qué se trata tu blog? ¿Comentarios políticos? ¿Culturales?” No tenía respuesta a mano así que le balbuceé algo como “es un observador social” (ni yo sé que es eso). Mi amiga siguió arremetiendo. “¿Pero qué postura adoptas? ¿Es un blog liberal?” Ahí sí que me quedé p’adentro.

Para mi “liberal” era hasta, hace poco, una mala palabra, sinónimo de libertinos y libertarios, grupos que permitieron con su mal entendida tolerancia que nuestra sociedad quedase a merced de moros, legionarios gays y fascistas rojiprogres (Ay Carmela, Ay Carmela). Yo me tenía como conservadora y tradicional, amante de las buenas costumbres de antaño. Alguien como Sarah Palin.

El problema es que cuando se es conservador y tradicional judío no se es muy tolerante con los demás si no son como uno. Y si es se es conservador tradicional, pero de otra religión, también se es antisemita. ¿En qué lio nos metimos, Doña Violante?

Por años, he sufrido al leer y escuchar a prensa y medios atropellar todo lo que quiero, todo lo que respeto. Llegué a pensar que vivía en un islote sin manera de comunicarme con el prójimo. Hasta que un día (y fue tan milagroso que no recuerdo exactamente como llegué a ellos) me encontré con Religión en Libertad y Libertad Digital, dos portales que me han salvado la vida, y me hacen más llevadero el diario quehacer.

Fue a través de estos portales que crucé al mundo paralelo de la blogósfera liberal donde encontré un pluralismo de ideas que a veces eran las mías, y que no llegaban a ofenderme si no lo eran. Aún así, el término “liberal” sigue desconcertándome. Entiendo que el liberalismo se suele asociar a una ideología económica. No soy economista, mi padre sí y desde que tengo memoria lo he oído despotricar en contra de las ideas de libre mercado, de Milton Friedman y de sus Chicago Boys a los que acusa de haber jo—o a Chile. ¿Puedo ser liberal y no abrazar las posturas económicas del liberalismo?

Lo que más me ha acercado a estos sitios que se amparan bajo el rubro “liberal”, es su adhesión a Israel. Una adhesión que lamentablemente no todos los judíos (e incluso no todos los israelíes) comparten. Por primera vez en mi vida, me desligué mentalmente del prejuicio de que España era país antisemita.

Como soy ingenua medio día nada más, me doy cuenta que la adhesión a Israel nace de ese miedo a la nueva invasión mora de Europa que no va a ser ni tan tolerante ni tan beneficiosa como la anterior, tal como nos la pintaron los libros de historia. Pero por alguna parte se empieza. Luego de firmar en la lista de Amigos de Israel, creada por José María Aznar, me sentí llena de afecto por España, el mismo afecto que siempre sentí por su cultura, pero que ahora abarca a su gente, al menos a los “liberales”.

Tras alcanzar esa meseta, me disponía a agregar “liberal” a mi perfil cuando me tropecé con blogs liberales chilenos, y ahí no encontré ni el consenso ni la tolerancia de la blogósfera ibérica. Hasta me atraganté con un artículo que decía que socialismo y comunismo eran ideologías judías. ¡Ayy, esas burradas duelen! Que Marx fuera judío (y solo de raza) no hace que el marxismo sea una ideología judaica. Cualquiera que estudie a fondo el judaísmo se hará cargo de que la única forma de gobierno afín al Talmud es la monarquía, y aun así en Israel no hay rey. Tal vez debería haberlo.

Ese desencuentro me ha vuelto a hacer dudar de mi postura. Comprendo que la diferencia es que en Chile nadie anda preocupado por inmigrantes amigos de la Yihad, o por terroristas. Tenemos una gran comunidad proveniente del Oriente Medio, pero está muy asimilada. Jamás se ve ni un burka ni un niqab por las calles chilenas, entonces se puede seguir considerando a Israel como un país belicoso e irritante, y a los judíos como apátridas comunachos.

Pero volviendo a los liberales, ¿son los buenos o los malos en este cuento? ¿Y puede ser liberal la contradictoria y excéntrica Violante o de nuevo me ilusiono con corrientes que realmente nunca van a representar mi manera de pensar?

miércoles, 7 de julio de 2010

Cuentos de viejas: los que no quisimos escuchar



Las mujeres de mi generación aprendimos de chicas a despreciar los consejos de figuras maternas que intentaban traspasarnos la sabiduría de nuestras antepasadas. Aprendimos a reírnos de esas exhortaciones, soberbias y seguras de que éramos más habilosas que las que nos exhortaban, ya que con la píldora teníamos la libertad de abrirnos de piernas con el primer jetón que se nos echase encima y de que aparte de una mínima parte de anatomía masculina, no necesitaríamos de los hombres para mantenernos. Íbamos a ser profesionales independientes, el antónimo de serviles “madres de familia” que transmitían "cuentos de viejas".


Con el tiempo, he conocido mujeres de todo el mundo que admiten a regañadientes que esos “cuentos de vieja”, que abarcaban desde cuánto tiempo se necesita para hervir un huevo duro hasta recetas caseras para curar cólicos menstruales, les han sido tremendamente útiles. Tomemos como ejemplo toda esa etiqueta que rodeaba nuestras salida de casa y que nos parecían reglas de combate más que de cortesía. “¿Fuiste al baño?” “Lleva plata, aunque tu novio (o amiga) diga que va a pagar. ¿Qué tal si se pelean y te dejan botada?” “¿Tienes una toalla sanitaria en la cartera? No vaya a ser que te llegue la regla” “Cuidado con la ropa interior. Mira que si tienes un accidente te van a ver los calzones parchados”.


Y nos quejábamos, y nos enojábamos ante precauciones que creíamos eran maneras de ejercer control sobre nuestra libertad. Y luego las hemos recordado cuando nos hemos encontrado en medio de una carretera, sin un peso para llamar un radio-taxi, con una tarjeta de crédito tan doblada que ningún cajero automático acepta; o cuando en medio de la más romántica de las citas, nos da por orinar y el baño más cercano es el Océano Pacifico. O les pasa lo que a mí, que una mañana entera estuve con las nalgas pegadas al pizarrón, asustada de que mis alumnos cachasen un manchón de sangre que ningún lunar de mi vestido podía disimular.


Me da tristeza saber que en nuestra arrogancia no traspasamos esa sabiduría femenina, parte de un matriarcado clandestino que siempre existió, a las nuevas generaciones. Desde hace tres décadas que a las mujeres ya no se les inculcan reglas de urbanidad para ser “damas” ni se les instruye en quehaceres domestico que las pueden convertir en “esclavas”. Va en contra de la igualdad de sexos el tratar de ubicarlas en roles tradicionales. Por eso ya no se heredan recetas de cocina, ni preparaciones homeopáticas, ni se sabe la diferencia entre el punto cruz y el raglan.


¿Qué heredaron las hijas y nietas de esa primera generación post-pildora? ¿Las leseras que aprendimos en Cosmopolitan? ¿Las fábulas inventadas por feministas perenemente descontentas? Quizás sea hora de desenterrar y examinar los “cuentos de vieja”. A lo mejor entre ellos encontramos la fórmula de la felicidad. Ese sería un buen legado para futuras generaciones

lunes, 5 de julio de 2010

En el reino del Mal Gusto



A partir del Desfile de Orgullo Gay he leído muchos comentarios negativos sobre tal celebración. Con sorpresa, veo que la mayor queja no es sobre las políticas de la Mafia Rosa o sobre la inmoralidad del estilo de vida gay.

La mayor queja es sobre la vulgaridad del vestuario, de lo indigno del comportamiento, del mal ejemplo que da a los chicos ver vejetes correr en tacones altos o con el trasero al aire. De pronto, ser gay se ha vuelto un atentado al buen gusto. Y hasta un homosexual reconocido como el famoso director Franco Zefirelli repudia estas manifestaciones bochornosas y groseras que más que fomentar la tolerancia invitan a lo contrario.

¿Cómo se puede sentir orgullo de llevar un estilo de vida alternativo que se manifiesta haciendo el ridículo? ¿Cómo se pueden respetar o admirar maneras de pensar y vivir tan pedestres? Viendo estas exhibiciones y recordando otras lindezas del Lobby Gay como irrumpir en la Catedral de Lyon para sacarse fotos en actitudes obscenas, está claro que sus miembros, que por suerte no abarcan a todos los homosexuales, son unos antisociales que unicamente representan o atraen a otros iconoclastas neuróticos y exhibicionistas como ellos.

¿Pero los “heteruzos” somos tan diferentes a ellos? ¿No vemos a cada instante manifestaciones públicas igualmente procaces? ¿Acaso los realities televisivos que no terminan de pasar de moda no son un escaparate a la cultura del Yo, y a la desfachatez? Un discurso de Chávez, por ejemplo, responde a una ordinariez y a una histérica necesidad de hacerse notar, idénticas a la de los tripulantes de esas carrozas gays, entre los que había heterosexuales, como las hijas de ese señor que mal gobierna España.

En un foro leía hoy que las extravagancias de estos desfiles son una manera de los gays de expresar su derecho a no ser “normales”. Entonces “normal” es malo. Mm, voy a tener que empezar a tomar la sopa con tenedor y ponerme las medias encima de los zapatos, porque pensándolo bien nada en nuestra sociedad es muy normal, todo parece estar al revés. Con razón no hay nada que nos satisfaga, que encontremos realmente elevado o refinado, o que nos deje un buen sabor de boca.

La clave detrás de este espectáculo ramplón llamado Desfile de Orgullo Gay no radica en gustos sexuales sino en desviarse de las normas establecidas, un criterio predominante en la sociedad occidental progre. De ahí viene la necesidad de afrontar todo lo que por siglos ha sido considerado sagrado (familia, religión, patria), además de promover cultos a la libertad, que en realidad es un llamado a la anarquía, y a un franco desparpajo sexual que degenera en ostentación narcisista.

Somos los heterosexuales los que avivamos la vulgaridad exhibicionista al dejar que se erradicaran las buenas costumbres y desvirtuara lo que era bueno y bello. No se puede culpar a los gays de aceptar la invitación a caricaturizarse por parte de una sociedad que hace rato perdió la vergüenza y el sentido del ridículo