sábado, 4 de diciembre de 2010

Los judíos y el marxismo: mitos duros de matar


He dicho reiteradas veces lo grato que fue  encontrar blogs conservadores (o liberales) como los que aparecen en mi listado  que me ayudaron a deshacerme del prejuicio de que en España todos los seres pensantes eran antisemitas/anti-sionistas. Pero hace una semana,  encontré por primera vez, en un blogroll que sigo, un sitio donde se perpetuaban mitos (ojo, no sobre Israel ni sobre el sionismo) sobre los judíos, incluyendo el viejo cuento de que inventaron el marxismo.

¿De dónde proviene este mito? Pues primero, de la simplísima observación de que Carlitos Marx, el autor de Der Kapital, era judío. No puede haber argumento mas simplón. Si revisan la versión angloparlante de la Wikipedia verán que los padres de  Marx se convirtieron a la fe protestante antes de él nacer, y que a los 6 años, Karl fue bautizado. El nunca tuvo ninguna influencia judía ni contacto con judíos. Su mujer fue una baronesa alemana. Por lo tanto su judaísmo era una cuestión racial o de origen pero no tenia ninguna trascendencia.

A diferencia de Jesús, Freud y Einstein, Marx no practicó el judaísmo, no fue parte de una comunidad judía ni se sintió nunca judío. A mi me sorprende que la gente haga tanto hincapié en los orígenes de Marx, pero no en los de Engels, su colaborador y tan culpable de la creación del marxismo. Engels era perfectamente ario

El segundo argumento es el rol fundamental que jugaron  los judíos en la Revolución Rusa. Efectivamente,  el 80’% del aparato gubernamental bolchevique fue judío, pero la explicación es histórica y sicológica, no racial ni hereditaria. A partir del Concilio de Trento en el Siglo XIII los judíos de toda Europa pasan a ser ciudadanos de tercera clase y  obligados a  vivir segregados de la población Gentil. Este estado de cosas seguirá hasta la Revolución Francesa, pero a medida que avanza el Siglo XIX, los judíos de Occidente se van emancipando y adquiriendo estatus de ciudadanos. Un solo país se lo negará siempre, Rusia.

A fines del siglo  XVIII, y asustada de que los judíos constituyeran la gran parte de la incipiente clase media rusa, Catalina la Grande decide crear una zona  en su vasto imperio donde desterrará a los judíos. Esta Gran Zona de Residencia conocida como la “palizada” cubría lo que hoy es Ucrania, Lituania, Bielorrusia, Moldavia y gran parte de Polonia. Los judíos estaban obligados a vivir en esa zona y no podían viajar al resto de Rusia. Ni siquiera podían establecerse en grandes ciudades de la zona como Sebastopol, Yalta y Kiev.


Esto provocó que los judíos comenzaran a formar aldeas conocidas como “shetls”, situación que los segregaba aún más  y los convertía en un blanco perfecto para los “pogroms” o ataques de la población aria.
Había solo tres maneras (además de morirse) para salir de esa zona. La primera era la emigración, costosa y peligrosa, pero muchos la intentaban. Así se explica la gran cantidad de judíos que emigraron a Estados Unidos (incluso a la Argentina con donaciones del Barón Hirsch) a fines del Siglo XIX. La otra era ingresar al ejército imperial, pero eso implicaba dejar de ser judío, ya que los conscriptos eran obligados a asistir a los servicios Cristianos Ortodoxos y a comer cerdo.


La última salida era un título universitario y  muchos judíos de ambos sexos optaron por ir a la universidad en ciudades fuera de la Palizada, aunque esto conllevase un alejamiento de familia, religión y comunidad, además de  exponerse a muchos peligros. Por ejemplo, una chica judía solo podía viajar de la Palizada a Moscú o San Petersburgo por tren y con el infamante “pasaje amarillo” que era el mismo que se les otorgaba a las prostitutas.

Lejos de sus familias y de sus mundos, imposibilitados de practicar el judaísmo o vivir como judíos, los miembros de esta elite intelectual desarrollan lo que se podría llamar una neurosis que se manifiesta en un gran rencor hacia el Zar y sus medidas, y un desprecio por el mundo que dejaron atrás al que ven como débil, pasivo y victimizado.

 Su gran refugio serán células revolucionarias anarquistas o comunistas, corrientes que no fueron fundadas por ellos. Mijaíl Bakunin fundador del anarquismo, no era judío, como no lo eran ni Lenin ni Molotov, ni Stalin. Es por eso que la Revolución Bolchevique ofrece a estos jóvenes rebeldes una identidad y una posibilidad de dejar de ser ciudadanos de segunda clase, pero no por mucho tiempo.

Terminada la primera fase de la Revolución y tras la muerte de Lenin, comienza a tener lugar una purga de judíos dentro del partido. Los grandes figuras judías del comunismo como Kamenev o Zinoniev son fusilados junto a otros anti-estalinistas tras juicios-farsas. A Trotsky lo asesina un agente estalinista en México. A partir de los años 30’s, ya nunca más volverán a haber jerarcas en la Unión Soviética de origen judío.

Stalin, que tenía su buen grado de antisemitismo, era públicamente anti-sionismo por considerarla una corriente antipatriótica e incompatible con el comunismo. Como reemplazó a  la emigración a Palestina, se le ocurre al dictador ofrecerles a los judíos rusos una “republica judía” en territorio soviético ceca de la China. Esta “Sion Soviética” (u “Oblast”) que no llegó a durar más que un par de años, es en realidad un intento de erradicar tanto el sionismo como la cultura judía en Rusia. Se implanta la cultura socialista en las escuelas del lugar, y aunque se permite el uso del Yiddish, se prohíbe el idioma hebreo. La llegada de las purgas pre-Segunda Guerra Mundial acaba con esta utopía absurda y muchos de los directores de estas escuelas caen en el paredón, victimas de la paranoia estalinista.

Durante la guerra, Stalin para realmente representar el polo opuesto a Hitler, dirige una campaña propagandista denunciando la masacre de judíos a manos de los Nazis. En sus reuniones con otros lideres Aliados, demuestra simpatía por la creación de un Estado Judío. Terminado el conflicto, la Unión Soviética vota a favor de la creación de Israel, pero al ver que la nueva nación se inclina hacia Estados Unidos, Stalin se quita la máscara e inicia una vigorosa campaña antisemita en todo el bloque soviético. Tal como hoy, estas políticas izquierdistas se disfrazarán de “anti-sionismo”, pero son en realidad muestras de virulenta judeofobia. (Continuara)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo diría que los judíos más prominentes de occidentes, lo son sólo porque sus padres son de origen judío, pero ellos son ateos. Me refiero a Noam Chomsky, Ed Assner, Susan Sontag, Stiglitz, Krugman, los editores del NY Times, Jon Stewart, Barbra Streissand etc. Ellos comparten otro vínculo entre sí: son anti Israel y hacen lobby por el enemigo cada vez que EEUU entra en un conflicto bélico.

No todos son marxistas, algunos son sólo elitistas o socialistas a secas.

Me parece que el grupo que ha invertido más en hacer creer a la masa que el judaísmo y el marxismo son compañeros de viaje, son los paleoconservadores. Uno de ellos es Alex Jones. A Jones se le puede ver en el canal ARTV culpando a los judíos por los atentados a las torres gemelas y guerra de Irak. La izquierda ignorante, compra esta mentira con una rapidez increíble...incluso para ellos.

Los paleoconservadores también dicen que el holocausto es una mentira creada por el "poderoso lobby judío" que es dueño de los medios y de Hollywood.

A nadie parece importarle que ese lobby da tribuna a todos los que quieran denunciar a Israel y a EEUU.

Violante Cabral dijo...

Querido F.
Muy cierta la aseveración. Esos judíos que mencionas (incluye también a Bill Maher y a Donald Rumsfeld para cubrir todos los espectros políticos) no tienen nada que ver con una cultura o una religión realmente judaicas. Y eso no quita que gente como la Streisand o Jon Stewart se sientan y se digan judíos. Ahora debo agregar en descargó de Barbra , a quien admiró mucho como artista, que nació en una familia tradicional de Williamsburg, que es una Beit Yakov ex alumna, que sus dos maridos han sido judíos y que no recuerdo que sea atea, ni anti-Israel. Si es enfermizamente anti Bush, anti republican, y anti intervenciones de USA en territorio extranjero.
Debo confesar que no conocía el termino paleo conservador, a pesar de que conozco a algunas de sus figuras como Pat Buchanan y supongo que el difunto Rev. Jerry Fallwell también lo sería. Ambos eran antisemitas por un principio religioso. En mi época todavía no se conocían los cristianos sionistas, o yo no los conocería. Tengo una vaga idea de quien es Alex Jones. No sabia que había dicho esas barbaridades, aunque creo que una vez también habló de los banqueros judíos y como dominan la economía mundial. Eso es discutible, pero yo si le creo a Beck el cuento de que George Soros quiere implantar un nuevo orden (izquierdista) y Soros es el judío mas ateo que conozco, le gana a Noam Chomsky.
Al final, es que tal como yo, tú y el vecino solemos aglomerar en nuestra imaginación a determinados colectivos, sin reparar en las divisiones y diferencias dentro de él, hay gente que quiere ver a los judíos como un solo grupo homogéneo, con las mismas ideas y el mismo objetivo nefasto

Anónimo dijo...

El movimiento paleocon nació en el Reino Unido. Son muy pocos, ya que son escencialmente nazis sin svasticas. Su brazo político es el partido Nacional británico, su "think tank" es el Instituto de Revisión de la Historia, ellos están en USA.

En Chile hay una periodista que yo pondría en este movimiento, ella culpó a Goldman Sachs de la crisis subprime y a la crisis de Europa. Aquella mujer, no deja pasar oportunidades de culpar a los judíos de algo. Se lo dije una vez.

Violante Cabral dijo...

Si los Negacionistas obviamente pertenecen a este movimiento, pero nunca ha gozado de credibilidad en USA.
Respecto a nuestra Patria, me temo que jamás he oido un sentimiento ni cercano al filosemitismo (y no hablo de Israel) ni de parte de la Derecha ni de la Izquierda.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Lo de Marz no lo sabía. Sin embargo, él escribió un libro títulado 'La Cuestión Judía'.

Violante Cabral dijo...

Uff gracias por traer a colación ese ensayo que es la quintaesencia de la visión marxista de los judíos. Marx está hablando de la emancipación de los judíos que era el equivalente en la Europa de su época de la Campaña de los Derechos Civiles en USA en el siglo XX. Comienza hablando en abstracto sobre los judíos, tal como un blanco abogaría sobre los derechos de los negros, con distancia. Termina declarando que los judíos son burgueses, que solo les importan los negocios y que el Judaísmo (ahí demuestra su ignorancia de la religión) refleja esta habilidad para los negocios de los judíos y su espiritualidad materialista. Finalmente determina que los cristianos se han vuelto judíos y que para emancipar Europa hay que emancipar a su gente de estas raíces judeo-cristianas.