lunes, 11 de octubre de 2010

¿Eramos un pueblo enfermo?: Chilenos de antaño




Es redundancia contarles, a estas alturas, que la historia me fascina, sobre todo la historia social que ayuda comprender las sociedades antiguas. Y nada me ayuda a comprender mejor la sociedad del siglo XX que las revistas. Tengo una buena colección de revistas femeninas chilenas de casi todo el Siglo XX. Pero revisando las de los años 20’s, me asombran la cantidad de reclames de productos medicinales incluso para males vergonzosos. No sé si deducir por eso que éramos un país enfermizo o tal vez hipocondriaco. Juzguen ustedes.

Los años 20’s no son una década que me apasionen, pero tengo una breve colección de “zigzags” de ese tiempo. La Revista Zig-Zag, que existió hasta los 60’s, era un semanario “serio”. Se nota por los reportajes a que tipo de audiencia va dirigida. Clase media acomodada, profesional, masculina. Sin embargo, era una revista “unisex” que podía leer una dama respetable dotada de cierta instrucción. Es por eso que las Zig-Zags de los locos 20’s contenían su buena dosis de recetas de belleza, crónicas sociales y notas de farándula.

Si uno mira una revista de hoy en día ¿qué tipo de anuncios encuentra? Tengo delante una Ercilla, el suplemento Mujer de La Tercera y la Revista Vive de VTR. Son tres públicos diferentes, de edades y sexos distintos. La Revista Mujer trae comerciales de cosméticos, perfumes, cremas, tintura de pelo, medias, lencería, cosas para el hogar, detergentes. Lo que se espera de una revista femenina. Un par de anuncios de paños higiénicos, y casi al final, un poquito escondido, un revigorizante sexual. También trae una sección a la cola, “Vitrina”, que es como unas mini Paginas Amarillas con direcciones de cirujanos plásticos y dentistas.

Ercilla trae pocos reclames. Sus anuncios son dirigidos a hombres: libros, programas de TV, restoranes, autos, bancos, relojes y calcetines. No hay ningún reclame de productos de belleza para machos (que en esta era metrosexual suelen aparecer hasta en revistas femeninas) ni medicinales. “Vive “es muy sencilla, el 90% de sus anuncios comerciales son de cosas para comer y cadenas de restaurants de comida rápida.

Entonces es más que curioso que en los Zig Zags de los 20’s, el 80% de los anuncios no fueran ni de cosméticos, ni de comidas, ni de productos para varones, sino de remedios. ¡Y qué variedad de remedios! Al lado de algunos todavía usados hoy en día como Leche de magnesia Phillips y Cafiaspirina Bayer, hay marcas con nombres exóticos. Neurine ayudaba a que “duerma como un niño”; Astofan combatía la gota; Pangastrol, la ulcera; Instantina, la neuralgia; Peptamine, el asma bronquial, y Siroline Roche, la tos.

Las cortaduras y heridas se desinfectaban con Iodex; las capsulas de quinina Pelletier eran excelentes para la gripe, las píldoras De Witt servían para curar el “mal de piedra”, o sea cálculos renales, y, sorpresa, el Mentholatum se usaba entonces para granos y erupciones. El Dr. Scholl fabricaba unos zino-pads para quitarse los callos y Mothersill’s era indispensable para evitar mareos cuando s viajaba en ferrocarril. ¿Cómo serían los viajes de entonces? porque yo nunca me he mareado en un tren.


Hay incluso remedios para animales como el Naphto Carbol que aconsejan para lavar reses (obvio que se espera que esa revista la lean los dueños de fundo). Y el Dr. Schmidt anuncia que atiende a gatos y perros en Santiago, Calle San Antonio para ser más exactos, y que es el único establecimiento veterinario en Chile. ¿Un solo veterinario en todo el país?

Los chilenos sufrían de nervios que se curaba con Virol, y la Iperbiotina ayudaba a las niñas neurasténicas (aunque la mejor solución para eso era encontrarles marido). También hay anuncios para curas de enfermedades hoy casi erradicadas como la tuberculosis. Al parecer aun en las clases altas los chilenos eran raquíticos y por eso se promocionan tónicos y reconstituyentes como Nuxade o el Vino de Pangadune “mejor que el aceite de hígado de bacalao”. Ah y no hay que olvidarse de la famosa Emulsión de Scott que hace que un hombre de 45 años se sienta joven. ¿Perdón? 45 años es un lolo hoy en día.

Pero también hay comerciales para enfermedades inmencionables. Aunque Zig-Zag no tiene tabúes. En una segunda página encuentro un gran anuncio del elixir de Virginie Nyrdhal para las almorranas, y Jubol ayuda reducir la hinchazón de hemorroides. Bueno saber. Curiosamente los chilenos no parecían sufrir de estreñimiento. Cuando uno piensa en la cantidad de comerciales de yogures y cereales para intestinos porfiados de hoy en día, es un alivio saber que laxantes como Laxol se administraban en los 20’s principalmente a los niños.

Pero lo que mas me chocó de estas revistas de épocas vetustas, fue que no tuviesen tapujo en ofrecer productos que aun en mi día no se mencionaban delante de los caballeros. Así me entero que los dolores asociados con “flujo mensual femenino" se curaban con Apolina Chateaut; que para vaginitis o “pérdidas blancas” existían las Píldoras Helenniene de Naud; y que las damas podían atender su higiene intima gracias a productos como Gyraldose y Neolides.


Hay muchos reclames de antisépticos femeninos, muy útiles en un tempo en que los caballeros volvían a la cama de sus esposas con enfermedades contraídas en casas de remolienda. Además, decían las malas lenguas, muchos de esos lavados se usaban como control de natalidad. Pues en todas las épocas…

He dejado para el final lo más espectacular. Un tratamiento para hombres que “han abusado de su virilidad” (no me pregunten cómo): un tónico que contiene nuez vómica (¡guacala!) y “sustancias testiculares”. ¿Qué es eso y de qué testículos lo extrajeron?

Tengo que añadir que no sé porque razón, aun en estas revistas dirigidas a varones, hay muy pocas ofertas de alcohol o tabaco. Aunque Zigzag aprovecha de hacerse reclame ofreciendo su papel para los cigarrillos. ES que en esos tiempos los hombres liaban sus propios puchos. ¿Qué se puede deducir de este examen? ¿Éramos los chilenos hace 90 años más enfermizos, más obsesionados con nuestra salud, o las compañías farmacéuticas gastaban más plata en publicitarse?

3 comentarios:

Ruy dijo...

Curiosa incursión. La verdad , por los nombres que les adjudicaban a los diferente "potingues" se me antojan remedios caseros.¿ Que se sabe de su eficacia?.
Me doy cuenta de lo "lejos" que me queda tu Chile amado. Conocerlo a través de tus entregas es dicha, aunque sea tardía.

Gracias.

Ministro dijo...

Ruy, los nombres de los productos se parecen a los que aparecian en la intro de la serie "Farmacia de Guardia". Tan diferentes no somos

Violante Cabral dijo...

Pues ese Chile también me es lejano, porque hablamos de una época en que ni mis padres existían.
Estas pocimas eran creadas en el extranjero. En Alemania y Francia.No había una industria farmaceútica chilena todavía. No se si funcionaban o no, con la excepción de firmas como Bayer que son reconocidas hasta hoy. Para otro post dejé los productos para adelgazar (y engordar) esos si que eran más falsos que Judas